Esta mañana, después de casi dos meses de estar confinado en mis aposentos sin salir ni siquiera a la esquina, por fin me atreví a caminar por los alrededores de mi barrio. Como el gobierno municipal desde hace algunos días, permite a los mayores de sesenta años salir una vez por semana, resolví dar un corto paseo hasta la plaza principal que está a tan sólo cinco cuadras de la casa y, de esta manera, contemplar el panorama en medio de la pandemia. Todo me pareció extraño: la ciudad solitaria, los comercios cerrados y las pocas personas que tenían permiso para circular parecían zombies detrás de los tapabocas corriendo apurados sin mirarse los unos a los otros, cada quien en lo suyo sin contacto social. Pero en medio de la desolación la ciudad se veía bonita, aseada y tranquila, con un ambiente apropiado para caminar y disfrutar de la arquitectura colonial que tanta historia conserva.
CAMINATA
(Soneto)
La solitaria plaza parecía
arrancada de algún pueblo olvidado,
ni un alma en el entorno se veía
y todo se encontraba desolado.
A caminar salí, puesto que hacía
dos meses del encierro decretado,
y el cuerpo resentido me crujía
cual fuera galeón desvencijado.
Tobillos y rodillas, codos, manos
y, la espalda también, daba señales
de ser vieja bisagra ya oxidada.
La falta de ejercicio a los ancianos
les pasa la factura, con los males,
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Plaza de Bolívar, Tunja
(De la Internet)
La tranquilidad que da el pasear con tan poco tráfico rodado es una pasada.
ResponderEliminarUn abrazo.
En i tierra estamos en la fase 1 de descalamiento y al ser un pueblo con menos de 5000 habitantes nos permiten salir sin restricciones de horarios cómo ocurre en las grandes ciudades. He salido sólo un par de días a caminar por una vía verde que tengo cerca de casa, lo hiece con mascarilla y guantes pero no lo he vuelto a hacer.Debajo de casa hay un parque en el que veo a personas sin mascarillas y no respetando la distancia entre ellos de 2 metros con lo cual están poniendo en peligro a la ciudadanía y eso la verdad que me enfada mucho pues hemos vuelto a tener subidas de muertos y contagiados y es que hay demasiados irresponsables que no les importa la salud ni la de ellos ni la de los demás. Tu poema te digo que me ha gustado cómo todo lo que escribes.Saludos
ResponderEliminarSi sucede cuando recién se comienza a salir eso de encontrar las cosas extrañas, yo aún no me acostumbro a ver circulando a todo el mundo de barbijo, uno no sabe si sonríen o no...
ResponderEliminarEsto es realmente triste...
Esperemos pronto sea únicamente un mal recuerdo.
Todo irá regresando poco a poco.Saludos
ResponderEliminarHe salido dos veces y es triste no hay niños, no hay escaparates, no apetece estar en la calle. Solo espero que nos dejen ver a nuestra familia. Un abrazo
ResponderEliminarjajaja, no te tires abajo, Rafael! Seguro en tu casa podés hacer flexiones para que esto no ocurra, a disfrutar el paseo semanal, un abrazo!
ResponderEliminarEsperemos que todo vuelva, poco a poco, a la normalidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me he sentido identificada contigo... El encierro, la primera salida después de tantos días encerrada... Pero qué belleza leer tu soneto. Me he sentido reconfortada. Mi abrazo, amigo. Espero que todos sigan bien a pesar de todo.
ResponderEliminarPoco a poco se recuperará lo perdido en movilidad por el freno impuesto por el virus, más no tenemos que el proceso acelerar, antes bien, el ritmo a ritmo se recuperará.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado el poema, enhorabuena.
ResponderEliminarBesos.
Aquí salimos a caminar y es así tal cual,cariños.
ResponderEliminarEl poema todo, impecable, pero estos versos en especial, excelsos...
ResponderEliminar"A caminar salí, puesto que hacía
dos meses del encierro decretado,
y el cuerpo resentido me crujía
cual fuera galeón desvencijado."
...que de tanto paladearlos una y otra vez me quedan resonando...
Abrazos, Poeta.
Es muy triste very las calles vacias, esperemos pronto
ResponderEliminarCambia todo.
Besitos dulces
Siby
No estoy seguro si hablas de mí, Rafael, pero te aseguro que me has descrito en esas salidas que todavía son timoratas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bueno que saliste a caminar. Un poema actual en el cual nos identificamos muchos. Saludos amigo,
ResponderEliminarEs muy triste ver calles vacías y parques sin niños da la sensación que hayan pasado décadas por nuestros cuerpos ya cansados. Precioso poema Rafael.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo
Buen poema.
ResponderEliminarConfiemos vuelva la vida normal pronto.
Un abrazo.
Jajajaja , es verdad , uno se siente así...desvencijado como gozne herrumbroso
ResponderEliminar...pero muy alegre de redescubrir cada pastito nuevo...
estes bien!
Lindo poema rafael. Todos estamos deseando que todo pase y volver a la "normalidad". Cuídate.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí que es una extraña sensación la que aún sentimos cuando salimos de casa. Espero que sea temporal y que nos volvamos a sentir seguros...
ResponderEliminarPaso a saludarte y a desearte salud en estos tiempos aciagos que nos toca vivir. Espero que estés bien. Un abrazo.
Bello poema, mi querido Ingeniero.
ResponderEliminarCaminante no hay camino se hace camino al andar.
Fuerte abrazo,
Qué bien lo expresas amigo. Así me sentí yo y no somos solo los mayores, mi nieta que tiene 22 me dijo lo mismo. Lo relatas muy bien en versos. Gracias. Abrazo
ResponderEliminarMe consuela pensar que no soy la única que siento asi...me encantó el poema ...Un beso lía.
ResponderEliminarDifícil acostumbrarse, así se esté viejo. Se sale desorientado. Ahora que he tendido que salir cobrar al banco, se siente un mareo al caminar, pero la calle o tiene el mismo color. Un abrazo. Carlos
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