Tal vez tendría yo doce o trece años cuando murió la Mariposa, una yegua alazana que mi abuelito tenía. En ella me montaba a puro pelo, sin riendas ni freno para bajar hasta el pueblo y hacer algún mandado... cierto día, yendo al galope, una liebre cruzó de improviso de un lado al otro del camino y, como la yegua era pajarera, frenó de sopetón echándome por tierra: cuatro fracturas en el brazo izquierdo fueron las consecuencias del tremendo costalazo.
LA MARIPOSA
(Sonetillo y coletilla)
A mi alazana cerrera
Mariposa le decían,
todos los que lo
veían
adornando la
pradera.
De cara blanca ella era,
sus bellas crines
le hacían
un capul cuando
caían
como luenga cabellera.
Recuerdo que la
montaba
a pelo, sin aparejo,
hasta que un día me tumbó.
Velozmente galopaba
y, al ver pasar un conejo:
la Mariposa paró.
Ah... mi yegüita alazana,
recuerditos me
dejó.
Rahulig/015
DRA
Imagen: Yegua alazana
De la red.