Cuando los sueños se convierten en ambiciones pueden redundar en pesadillas. Esto, a mi manera de ver, le sucedió a nuestro Nairo Quintana en la presente temporada ciclística: Nairo fue víctima de la ambición comercial del Movistar que, a sabiendas de lo que pasaría lo hizo competir en el Giro de Italia en perjuicio de su preparación para el Tour de Francia, con los resultados ya conocidos. En otras circunstancias, compitió Rigoberto Urán, quien sin tantos aspavientos preparó su estrategia y obtuvo un meritorio segundo lugar en el Tour. Lo sucedido a Quintana, es solamente una amarga experiencia que lo fortalece para nuevos retos, sin demeritar en nada su extraordinario palmarés deportivo.
COMPARANZAS
(Décimas y coletillas)
Lecciones para aprender
Lecciones para aprender
la vida nos suele dar,
no es lo mismo ambicionar
que un anhelo poseer.
Por tanto es mejor tener
sueños en vez de ambiciones,
pues en muchas ocasiones
la avaricia rompe el saco
y nos quedamos, de taco,
con las meras intenciones.
Con el firmamento opaco
no se ven constelaciones;
ni se sacan chicharrones
de un pinche marrano flaco.
Después de tanto bregar
podemos quedar sin nada,
porque la meta fijada
fue imposible de alcanzar.
No por mucho madrugar
amanece más temprano,
vale más pájaro en mano
que cientos en lejanía...
quien con humildad porfía
no sueña sueños en vano.
Paso a paso cada día,
chi va piano, va lontano;
como dijo aquel fulano
que mucha prisa tenía.
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Derechos Reservados Copyright © 2017
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Nairo y Rigo.
De la Internet.
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