En este nuevo año que comienza estamos estrenando gobernantes departamentales y municipales en nuestro bello país del Sagrado Corazón de Jesús. A mí me da vergüenza ajena ver a tanto "lagarto" arrodillado ante los mandatarios de turno echándoles flores y adulándolos constantemente con el único propósito de lograr una tajada de la "torta burocrática" a costo de vender la conciencia o de pisotear los valores, propiciando actos de corrupción, con tal de obtener un puesto de corbata o algún contrato que les permita llenar sus arcas y mantener la barriga llena. Como a mi edad ya nada me acobarda, puedo decir lo que se me dé la gana sin tener miedo a retaliaciones; total que... prefiero apretarme el cinturón y no tener que depender para nada de esos personajes que se creen los dueños del universo cuando ostentan algo de poder y arman su "rosca" de amigos para hacer y deshacer a sus anchas.
LA RAPIÑA
(Serventesios)
Colmada está la plaza principal
de afanados lagartos tinterillos,
y en el palacio gubernamental
se miran atestados los pasillos.
Endespués de las tales elecciones
entramos en los tiempos de la torta,
de los brindis, de las reparticiones
e inerme la moral dolor soporta.
Los sufragios se pagan con favores
del candidato que al poder ascienda,
por tanto, los comprados electores
esperan boquiabiertos la prebenda.
Unos van, otros vienen como locos
con documentaciones bajo el brazo,
esperando que en tantos zaperocos
de la torta les toque algún pedazo.
No importa si se vende la conciencia
o los principios ruedan por el piso,
tienen ellos el don de la paciencia
para hacer valedero el compromiso.
Y los pobres que fueron engañados
con las falsas promesas populistas,
se quedan como perros regañados
comiendo de las sobras gobiernistas.
Soy franco y a la postre realista
pues decir la verdad nunca es pecado,
prefiero el remoquete de anarquista
a vivir para siempre arrodillado.
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Los sufragios se pagan con favores
del candidato que al poder ascienda,
por tanto, los comprados electores
esperan boquiabiertos la prebenda.
Unos van, otros vienen como locos
con documentaciones bajo el brazo,
esperando que en tantos zaperocos
de la torta les toque algún pedazo.
No importa si se vende la conciencia
o los principios ruedan por el piso,
tienen ellos el don de la paciencia
para hacer valedero el compromiso.
Y los pobres que fueron engañados
con las falsas promesas populistas,
se quedan como perros regañados
comiendo de las sobras gobiernistas.
Soy franco y a la postre realista
pues decir la verdad nunca es pecado,
prefiero el remoquete de anarquista
a vivir para siempre arrodillado.
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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Palacio de la Torre
(Foto propia)
(Foto propia)