David pensaba que, en el amor,
la diferencia de clases sociales era cosa del pasado. Hacía casi tres meses que estaba de noviazgo con Flor, hija de los dueños de la fábrica en donde él trabajaba. La pasaban bien estando juntos y eran muy felices, pero, aquel día, cuando fue hasta la casa de los suegros para
formalizar el compromiso, sufrió una amarga y triste decepción… ¡Le dieron un portazo en la cara! Así es la vida, así son las cosas de la alta sociedad.
SUBASTA
(Variantes)
Para pedir tu mano,
he venido,
he venido,
al umbral de tu
puerta.
Pero por ser ufano,
he tenido,
una grave reyerta:
una grave reyerta:
Pues tu querido
padre,
enojado,
no me invito a
pasar.
Y me gritó tu
madre:
¡fracasado!
Haciéndome
temblar.
Sabiendo que te quiero,
mis amores,
para ellos son afrenta.
Pensando en el dinero,
sin pudores,
te
ponen a al venta.
¡Qué
cosa tan nefasta,
qué
ironía,
qué
profundo dolor!
Entregan
en subasta,
tu
valía,
al
máximo postor.
¿Acaso no les basta,
por cuantía,
la fuerza del amor?
Rahulig/014
DRA
Imagen: El martillo
De la red