domingo, 29 de noviembre de 2020

EL "SANTO SORBO"





Los alimentos criollos de origen indígena son un punto importante a la hora de pensar en nuestras raíces, las raíces campesinas de nuestra sociedad. A la llegada de los conquistadores españoles a estas tierras, se dieron cuenta de que los indígenas tomaban una extraña bebida de color dorado que ponía en los nativos inusitada alegría; la bebían en ocasiones especiales, como ceremonias o rituales en honor a su imagen religiosa, también la degustaban después de los trabajos cotidianos. La "Chicha" es una bebida que surge gracias a uno de los innumerables usos que los indígenas lograron darle al maíz, es la bebida fermentada número uno en nuestros campos usada como fortificante para poder realizar las pesadas labores agrarias y, en los poblados, aún existen las tradicionales "chicherías" en donde la  paisanada departe alegremente al calor de unas varias totumadas del ancestral "Santo Sorbo", regalo de los dioses.


LA CHICHA
(Musa con estrambote)

Bebida de antepasados
que nos alegra la vida,
pues a gozar nos convida
con sus destellos dorados.

En los días celebrados
o en tertulia entretenida, 
de buenas manos servida
la bebemos encantados.

Quince días sin parar
del maíz seco harinita,
agua hervida y panelita
se ponen a fermentar.
Endespués se ha de colar
para sacar el afrecho
y en totuma po'ahí derecho
el "Santo Sorbo" servir,
para que puedan sentir
¡cómo se agiganta el pecho!

Cuando me echo 
mis "totumadas" de chicha,
las penas se vuelven dicha.

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: El "Santo Sorbo"
(De la Internet)


lunes, 23 de noviembre de 2020

DE MI PROPIA VOZ

 



El pasado doce de octubre, un ratico después de haber leído en la Radio Nacional de Colombia uno de mis poemas en homenaje a nuestra raza aborigen, recibí una llamada telefónica de alguien que indagaba por mi trayectoria artística y me pedía una cita para ver si era posible le permitiera hacerme un reportaje pues le interesaba conocerme. Mi interlocutor era el representante de la Fundación "Andros Films", una entidad que desarrolla gestión cultural mediante contenidos audiovisuales que sacan a la luz el trabajo de los artistas populares y cultores en diferentes regiones de nuestro país. Luego de algunos momentos de conversación resolvimos que él vendría a mi residencia para realizar el reportaje en video, contar de mi actividad literaria y dar a conocer, en mis propias palabras, algo de lo que hago e intento ser.


CONVERSANDO
(Serventesios dodecasílabos)

Para conocerme basta simplemente
leer mis poemas o escuchar mis cantos,
así sabrán todos lo que mi alma siente
bajo los placeres y los desencantos.

Soy de los que avanzan de a pie por la vida
con pocos trebejos y sin pretensiones,
destapo mis cartas en cada partida
y echo por la borda las desilusiones.

Recorro caminos, vuelo con mis versos
soñando paisajes en distantes lares,
y por huella dejo recuerdos dispersos
en los campos verdes o los cascajares.

Soy como la nube que la lleva el viento 
sin rumbo distinto que su propia suerte,
mas a la deriva voy siempre contento
y tras cada golpe me siento más fuerte.

Camino despacio, pero voy de prisa
porque ya los años que restan son pocos,
 saludo de abrazo con una sonrisa
a ricos y a pobres, a cuerdos y a locos.

Soy al fin de cuentas un hombre mundano
no anhelo la fama ni un trono de gloria,
solamente quiero con pluma en la mano
escribir el libro de mi propia historia.

Así, meramente, con palabras mías
relato mis cuitas, canto mis amores,
esperando acaso que al fin de mis días
el cielo se pinte de bellos colores.

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Video del Reportaje
(Fundación Andros Films)
Jonathan Rivera


domingo, 15 de noviembre de 2020

DESANDAR LO ANDADO





A Martín Romero se le estaba borrando el recuerdo de aquellos años allá en el campo, años que pasaron presurosos, cuando vivía junto a sus padres y hermanos en 'La Romería', una pequeña finca en la falda que desde varias generaciones atrás era pertenencia de la familia. En su diario trajinar, esos años eran una sombra que se disipaba entre el desasosiego de su arrepentimiento: "No vale la pena el porvenir cuando se vive lejos de la tierra amada", pensaba cada mañana mientras se alistaba para ir a la oficina. Tras la muerte de sus padres había resuelto ir en busca de nuevos horizontes en la gran ciudad, pero, a pesar del éxito obtenido, la nostalgia por su terruño lo mantenía triste. Entonces, dejándolo todo, decidió volver atrás y recuperar la vida que lo estaba esperando en su querida e inolvidable vereda natal.


RETORNO
(Jotabea con estrambote)

Traigo el alma embriagada de aromas del camino, 
de abrazos, guiños, besos y del más dulce vino. 

Cruzando campos verdes he vuelto desde lejos 
hasta la tierra mía, la que fue de mis viejos; 
parecen los paisajes magníficos espejos 
que me dan alegría con sus suaves reflejos. 

Yo he pisado la senda que decoran las gramas 
y sombrean los robles con sus robustas ramas,

y he tornado a tus lares a cumplir mi destino 
  para seguir viviendo la vida sin complejos… 
en tu dulce regazo, sabiendo que aún me amas. 

Reverberan las llamas 
de este amor sosegado que a mi pecho lo llena, 
en el febril ensueño de la noche serena. 

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Camino a la vereda
(De la Internet)


domingo, 8 de noviembre de 2020

TRAS LOS ARREBOLES





En algunas ocasiones, para no perder los recuerdos, traigo a mi mente las imágenes de aquel dichoso pasado allá en mi pueblo natal. Recreo el paisaje como en tiempos idos: las calles, la iglesia y aquellas legendarias palmeras del parque central; los sauces llorones a orilla del río y los elevados cerros que de lado y lado custodian el lugar; la casa paterna ubicada sobre la avenida principal frente al frondoso árbol de oticón bajo del cual, en el escaño que había, me senté muchas a ver pasar la vida mientras el sol se ocultaba detrás de las altas montañas. Ahora, en el atardecer de mis años, los hermosos arreboles  pintan el horizonte de fúlgida esperanza y, entre los gratos albores de niñez y juventud, vuelvo a la cuna.


REMINISCENCIA
(Lizaraejo* dodecasílabo entrelazado)

Desde los balcones de la edad madura
contemplo a los lejos mi vida de ayer,
el sol resplandece y el valle fulgura.

Un río a lo lejos parece correr
entre los arbustos allá en la llanura,
y siente mi alma deseos de volver.

Sin remordimientos y sin amargura
se alboroza el niño que vive en mi ser,
con gesto sereno de paz que perdura.

Los años de entonces quisiera tener
y fluye un torrente de pueril locura,
tras los arreboles... del atardecer. 

Contemplo a lo lejos mi vida de ayer
entre los arbustos allá en la llanura,
se alboroza el niño que vive en mi ser
 y fluye un torrente de pueril locura.

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Los arreboles
(Foto propia)




domingo, 1 de noviembre de 2020

LA LEYENDA DEL "VOLCÁN"





Contaban los abuelos que, por allá a comienzos de los años treinta del siglo pasado, hubo en el pueblo de La Paz un hombre de elevada estatura, barba larga, abundante cabellera y aspecto desagradable conocido como el Mohán. Era un ser muy enamorado y pretendía a todas las jovencitas de la región, pero al verse constantemente despreciado decidió internarse en la montaña y se quedó a vivir cerca de una pequeña laguna dedicándose a excavar túneles en busca de tesoros para regalarle joyas a las mujeres y así lograr conquistarlas. Tantos y tantos socavones debilitaron la tierra y se produjo un gran derrumbe que se tragó al Mohán y lo confinó a vivir en el fondo de la laguna arrastrada por el deslizamiento hasta las cercanías del pueblo. Cuando alguna mujer pasaba cerca de la laguna el sol resplandecía, se escuchaban hermosas melodías y las féminas quedaban hechizadas al instante; pero cuando un hombre se acercaba, la laguna se embravecía, rugía el cielo, se desgajaban fuertes aguaceros y el caserío comenzaba a rodar lentamente cuesta abajo. Finalmente, en el año treinta y cinco, el pueblo fue refundado en un lugar seguro.


EL MOHÁN
(Soneto dodecasílabo)

En una pequeña laguna que había
cerquita del pueblo llamado La Paz,
extraño ermitaño maldito vivía
cazando mujeres coqueto y vivaz.

Con la voz preciosa de su melodía
lograba hechizarlas cual rayo fugaz,
y al fondo del lago en soleado día
caían las presas de aquel ser audaz.

Pero si algún hombre tranquilo pasaba
cerca de las aguas del pequeño espejo,
el sol se ocultaba... la tierra temblaba

y el pueblo gemía con amargo dejo,
mientras cuesta abajo la iglesia rodaba
entre carcajadas del Mohán ya viejo.

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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Iglesia de Paz Vieja
(Paz de Río, Boyacá)


Información del Autor

Mi foto
Simplemente, un bohemio soñador. Hacedor de versos, creador de canciones e inventor de historias. Paz de Río (Boyacá) Colombia, 23 de abril de 1952.

Los que vuelan conmigo

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