Contaban los abuelos que, por allá a comienzos de los años treinta del siglo pasado, hubo en el pueblo de La Paz un hombre de elevada estatura, barba larga, abundante cabellera y aspecto desagradable conocido como el Mohán. Era un ser muy enamorado y pretendía a todas las jovencitas de la región, pero al verse constantemente despreciado decidió internarse en la montaña y se quedó a vivir cerca de una pequeña laguna dedicándose a excavar túneles en busca de tesoros para regalarle joyas a las mujeres y así lograr conquistarlas. Tantos y tantos socavones debilitaron la tierra y se produjo un gran derrumbe que se tragó al Mohán y lo confinó a vivir en el fondo de la laguna arrastrada por el deslizamiento hasta las cercanías del pueblo. Cuando alguna mujer pasaba cerca de la laguna el sol resplandecía, se escuchaban hermosas melodías y las féminas quedaban hechizadas al instante; pero cuando un hombre se acercaba, la laguna se embravecía, rugía el cielo, se desgajaban fuertes aguaceros y el caserío comenzaba a rodar lentamente cuesta abajo. Finalmente, en el año treinta y cinco, el pueblo fue refundado en un lugar seguro.
EL MOHÁN
(Soneto dodecasílabo)
En una pequeña laguna que había
cerquita del pueblo llamado La Paz,
extraño ermitaño maldito vivía
cazando mujeres coqueto y vivaz.
Con la voz preciosa de su melodía
lograba hechizarlas cual rayo fugaz,
y al fondo del lago en soleado día
caían las presas de aquel ser audaz.
Pero si algún hombre tranquilo pasaba
cerca de las aguas del pequeño espejo,
el sol se ocultaba... la tierra temblaba
y el pueblo gemía con amargo dejo,
mientras cuesta abajo la iglesia rodaba
entre carcajadas del Mohán ya viejo.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Iglesia de Paz Vieja
(Paz de Río, Boyacá)
Bonito soneto para esta tarde de noviembre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Curiosa historia, una más de las tantas que suelen pulular y que con gran maestría nos la cuentas convertida en un bello poema amigo Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo.
Que hermosa leyenda nos dejas este domingo, con las características de este personaje bastante vivaz , pícaro y con un dejo de malicia también, además de enamoradizo jajjaja Quería todas las señoritas para él!!! jjajajaj Y que forma magnifica de llevarla al soneto has conseguido. Como siempre eres un grande de los versos y es un placer leerte. Te deseo un domingo lleno de armonía junto a tus afectos querido Rafael!
ResponderEliminarMe gustan las leyendas así que la que nos cuentas me ha parecido estupenda y encima te ha unspirado un bonito poema.Saludos
ResponderEliminarCuentas una historia de leyenda fusionando el relato de tus abuelos y tu imaginación y poesía experta. Me sorprendes una vez más acometiendo cada género, Rafael. Leerte tiene mucho de agradable experiencia.
ResponderEliminarAbrazo inmenso, Poeta!!
Bella leyenda hecha poema,cariños amigo.
ResponderEliminarBellas letras amigo. Saludos y cuidate.
ResponderEliminarTienes en ti la música, Rafael, y solo tienes que añadir la letra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un encantador cuento que con la magia de tu pluma has llevado a este hermoso soneto.
ResponderEliminarFelicitaciones por tu arte Rafael.
Un abrazo.
El Mohan logró sobrevivir de alguna manera, como todas las leyendas tienen su belleza, que resaltan magníficamente tus versos, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarBonitos versos...
ResponderEliminarSaludos.
La recuperación de las leyendas, parte de nuestra tradición como la del Mohán, en un soneto donde caben la forma y el fondo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola Rafael, que bonito es recuperar nuestras leyendas que son tan valiosas para cada cultura. ¡Bonito soneto! Que tengas un bonito mes de noviembre. Un abrazo afectuoso.
ResponderEliminarRafael que hermosa leyenda, y como
ResponderEliminartu la dices, eres genial en todos
los estilos que nos obsequias.
Besitos dulces
Siby
uuufff que bonito esta las melodías son hermosas yo los hacía pero es que son muy difíciles, precioso trabajo, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarHermoso cuento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las leyendas, siempre encierran algo de real. Has logrado un precioso soneto, trovador.
ResponderEliminarComo siempre besos para repartir. Cuidaos todos.
Curiosa leyenda que has vestido con un hermoso soneto.
ResponderEliminarUn placer, Rafael…
Abrazos, y feliz noche.
Tu arte de poeta atrae, sabes que de siempre ha sido un placer leerte.
ResponderEliminarCierto es que llevo muchos meses en silencio, últimamente esta pandemia que nos acecha también ha contribuido a que perdiera el entusiasmo por escribir, mis musas están aletargadas y luego la pereza se encarga del resto.
He pasado más de tres meses alejada de la ciudad y confinada voluntariamente en el campo, allí me he sentido libre y casi se me había olvidado este maldito virus que, día a día, se está llevando a mucha gente.
De momento me siento bien y espero que pronto pueda volver con todos vosotros.
Nunca os he olvidado y ya llevo unos días que hago alguna visita a todos aquellos que sé os habéis acordado de mí. Mil gracias por tus letras.
Cariños.
Kasioles
Interesante leyenda y precioso soneto.
ResponderEliminarUn abrazo
Has recreado una vieja leyenda (que yo desconocía por completo)de forma muy amena y elaborada. Gracias y besos.
ResponderEliminarSiempre es un placer visitarte, Rafael. Sabes transportarnos con la magia de tus letras a lugares o leyendas muy interesantes. Todo ello adornado con la belleza de tus poemas.
ResponderEliminarsaludos.
Pues no es para reírse. Hermosa y triste leyenda de un hombre que no encontró el amor, de ahí su rabia. Un abrazo, como siempre coronas todo con una bella poesía. Beso grandote
ResponderEliminar¡Qué bonita leyenda Rafael! Las dos formas de contarle me han encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarNunca se sabe ...hay cosas que a veces creemos de nuestra imaginación popular, pero que encierra grandes verdades...
ResponderEliminarUna historia interesante.