Cosas tan pequeñas, pero a la vez tan hermosas, como estas dos rosas amarillas que con profunda admiración pude contemplar en el jardín de una casa vecina: son como una señal que nos indica el camino hacia la verdad y nos recuerda que Dios existe, que está presente en todo lugar y en cada obra que su bondad nos regala en nuestro diario vivir para que las disfrutemos de la vida con gratitud, felicidad y amor. El Señor, en su infinita misericordia, nos da todo lo necesario para subsistir.
OMNIPRESENCIA
(Quintillas)
Dios está en todas
las cosas:
En el sol de la
mañana,
en el jardín, en las
rosas,
en las bellas
mariposas
y el jazmín de mi
ventana.
En la playa, en el
palmar,
en la hierba que pisamos,
en los ríos, en el
mar,
en las aves al
volar
y en cada paso que
damos.
En el tiempo con
su prisa,
en los ojos del
anciano,
en las nubes, en
la brisa,
en una tierna
sonrisa
y en el roce de
una mano.
En el llanto, en
la alegría,
en las estrellas
del cielo,
en las noches, en el día,
en tu risa o en la
mía
y en brillo de tu
pelo.
En la vereda, en
la casa,
en las piedras del
camino,
en el calor que me
abraza,
en el velero que
pasa
y el rol de mi
destino.
Dios está en todo
lugar:
En la duda, en la
razón,
en las flores del
altar,
en el sol
crepuscular,
en el verso, en la
canción.
Y, por siempre, sin
faltar:
estará en mi
corazón.
Rahulig/012
DRA
Imagen: Las dos rosas
De mis fotografías