No fue una misión fácil tratar de encontrar el juguete perdido, había muchos lugares en donde podría estar: El patio, la cocina, el comedor, la sala, el estudio, las alcobas y hasta debajo de las camas; "Abracitos" estaba irremediablemente desaparecido. Mientras buscábamos por toda la casa, Martina lloraba desconsolada y decía que no dormiría sin él a su lado. «Es mi muñeco preferido, me lo enviaron desde el cielo y es irremplazable», repetía insistentemente. Ya entrada la noche, cansada de tanto buscar, por fin se quedó dormida. A la mañana siguiente cuando llegamos a la optometría, para retirar las gafas formuladas el día anterior, "Abracitos" nos estaba esperando. Imagínense la algarabía que se armó al verlo.
ABRACITOS
(Sonetillo)
Por un pequeño descuido
cuando fui a la optometría,
perdí lo que más quería:
mi muñeco preferido.
Toda la noche he sufrido
pensando qué pasaría,
y al llegar el nuevo día
seguía mi pecho afligido.
Mi dulce copo de amor
muy orondo y remilgado,
con cara de gran señor
amaneció bien sentado
en el sillón del doctor,
donde lo había olvidado.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Martina y Abracitos
(Del álbum familiar)