¡OH, BELLA PATRIA MÍA!

En mis lejanos años de estudiante de primaria figuraba en los programas académicos una materia que se denominada "Educación Cívica y Urbanidad". En aquella, ya extinta asignatura, nos enseñaban además de las reglas de urbanidad y buen comportamiento, el respeto y el amor hacia nuestros símbolos patrios: El Himno Nacional se escuchaba o cantaba mirando al cielo estando en posición de firmes y con la cabeza descubierta; al pasar frente al Pabellón se hacía una venia en señal de admiración y respeto; el Escudo era el estandarte que en las celebraciones patrias encabezaba los desfiles como símbolo de nuestra soberanía e identidad. Se consideraba un gran honor izar la bandera durante el solemne acto escolar que premiaba a los mejores alumnos cada semana... hoy nada es igual, el amor patria se ha perdido.

A COLOMBIA

(Lizaraejoa)*

Desde mi patria chica tenaz y floreciente

a Colombia le canto con júbilo inmortal,

y ciño una diadema de lauros en su frente.

Le canto a la grandeza de su geografía
blandiendo mi bandera, sagrado tricolor,
en donde la esperanza refulge todavía.

A sus mares bravíos, al istmo ya perdido

y al cóndor que corona su Escudo Nacional,

  con la fe palpitante del corazón henchido. 

Mi patriótica loa se yergue incontenible

cual símbolo perenne de libertad y honor,

al exultante grito de gloria inmarcesible.

A Colombia le canto con júbilo inmortal

blandiendo mi bandera, sagrado tricolor,
y al cóndor que corona su Escudo Nacional

cual símbolo perenne de libertad y honor.

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Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Los símbolos patrios
(De la Internet)

*Lizara-Rima

PAISAJE DE MIS ANHELOS

De la entrañable tierra natal uno se aleja físicamente, pero nunca se va del todo, el corazón se queda y es imposible hacer que olvide. Se queda entre el paisaje que nos vio crecer, en el eco de nuestros gritos al jugar, en las callecitas y caminos testigos de nuestro andar, en los pupitres de la escuela, en las aguas de los ríos donde aprendimos a nadar, en las bancas de la iglesia parroquial, en los escaños del parque, en los corredores de la casa paterna, en las horas del cine vespertino, en los aguinaldos y fiestas populares, en el abrazo de los amigos que aún esperan vernos regresar o en los ojos de la novia primera. En fin, el corazón se queda, se queda por siempre allá en el dulce hogar... allá en donde moran los recuerdos.

A MI PUEBLO

(Lizaraejo)*

Quiero volver a recorrer tus calles

hogar soñado de mi alegre infancia,

tus hermosas montañas y tus valles.

Lugar primaveral, florido y verde
que me viste crecer bajo tu cielo,
tu recuerdo impoluto no se pierde.

Bajo la bruma de mis sueños viejos
te extraño y a pesar de la distancia,
percibo el destellar de tus reflejos.

Paisaje del ayer, terruño mío
regresar a tus lares... es mi anhelo,
inolvidable y bello Paz de Río.

Hogar soñado de mi alegre infancia
que me viste crecer bajo tu cielo,
te extraño y a pesar de la distancia
regresar a tus lares... es mi anhelo.

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Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Paz de Río, Boyacá
(De la Internet)

*Lizara-Rima

LOS CUATRO AÑOS DE "TINA"

Se me olvidaba contarles que, el pasado día seis de junio, pintadita de oso panda en medio una selva con árboles, flores y animalitos hechos con papel de seda de variados colores: Martina cumplió cuatro añitos de vida. Estuvo muy feliz jugando toda la tarde con "Patacón", su amiguito imaginario, y abrazando de manera virtual a los familiares y amigos ausentes debido a la cuarentena que nos aleja. La fiesta estuvo bonita... cantamos, bailamos, reímos, destapamos regalos y saboreamos una sabrosa torta de fresa y chocolate que estaba como para chuparse los dedos, según dijo la homenajeada plena de felicidad.

DULCE ESTRELLA

(Lizaraejillo)*

Como faro en el sendero
eres tú, mi dulce estrella,

luz que signa derrotero

Tienes el color fulgente
del diáfano entorno azul,
el futuro en el presente.

Eres rosa de los vientos
entre todas la más bella,
angelito sin tormentos.

Pareces hada madrina
con blancos trajes de tul
y alitas de golondrina.

Eres tú, mi dulce estrella

del diáfano entorno azul,

entre todas la más bella

con blancos trajes de tul.

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Rafael Humberto Lizarazo

Imagen: Tina y el abuelito
(Del álbum familiar.)

*Lizara-Rima

DÍA DE LA RIMA JOTABÉ

El día 18 de junio del año 2009 en la ciudad de Valencia (España) el poeta, escritor y dramaturgo Juan Benito Rodríguez Manzanares liberaba la primera Documentación Formal de la "Rima Jotabé", nombre genérico de todas las variantes que incluye esta innovadora estructura estrófica neoclásica con la cual se pueden componer poemas al más puro estilo clásico, pero con una arquitectura nueva, fresca y además sólida que aporta así un granito de arena a la inmensa playa de las composiciones poéticas e intenta, dentro de lo posible, enaltecer de algún modo la poética mundial. En conmemoración de este importante día para los "Jotaberos", dedico este poema a todos los amantes de la poesía estructurada. 

A LA RIMA JOTABÉ

(Jotabé con estrambote)

 ¡Oh, poemas de estampas candorosas, 

que florecen cual perfumadas rosas!

Que esparcen en el aire su fragancia

y aroman los balcones de mi estancia;

que son como un amor en la distancia,

ausente, pero unido en concordancia. 

¡Oh, versos que algún día yo encontré,

y... dichoso al instante me prendé!

Estrofas que se escriben primorosas

con rimas en perfecta consonancia,

tal cual es la estructura en "Jotabé".

Allá en Valencia fue
que un dieciocho de junio, Juan Benito,
lanzó un poetizar fresco y bonito.

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Rafael Humberto Lizarazo

Imagen: Cartel conmemorativo

(Juan Benito Rodríguez M.)

UN ENCUENTRO CASUAL

Charlando con María Clemencia, amiga de vieja data que casualmente me encontré en una de mis salidas permitidas por las medidas sanitarias durante la cuarentena, me contó de su amor fracasado cuando le pregunté que había sido de su vida durante los tantos años sin vernos. «Querido amigo —dijo bajando la mirada—, Mauricio me enamoró y me juró amor eterno, me aseguró que me amaba más que a nadie en el mundo, me prometió matrimonio y hasta escogimos fecha para celebrar la boda, pero todo fue una falsa ilusión: a los pocos meses ya no era el mismo e irremediablemente el cielo se nubló, todo se terminó por sus constantes infidelidades y, a pesar de amarlo tanto, no lo pude perdonar... estamos separados».

NAUFRAGIO

(Jotabea)

Me juró amor eterno, sus promesas creí,

y en una barca de oro navegando me fui.

No supe yo ni cuando ni como naufragué

entre las blancas olas de amor que imaginé;

le confié mis secretos, mi vida le ofrendé

y a pique se me fueron las cosas que soñé.

Dolor e incertidumbre llegaron al momento,

cual dejo de amargura traído por el viento.

Ambrosía anhelada que en el azul perdí
al golpe traicionero del ser que idolatré,

perfidia y desengaño... fatídico tormento.

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Rafael Humberto Lizarazo

Imagen: En el café

(De la Internet)

JUGANDO A SER MAYORES

Nicolás ya es un hombre, pero su vida no ha sido nada fácil: de niño tenía que salir a lustrar zapatos para ayudar a su pobre madre enferma en la crianza de tres hermanitos menores. No tuvo la oportunidad de asistir a la escuela, no tuvo infancia feliz ni amigos imaginarios, sus juguetes fueron las herramientas de trabajo y su juego preferido era el de conseguir el pan de cada día para su familia. Con motivo de la conmemoración del "Día Mundial contra el Trabajo Infantil" se publicará en las redes sociales la Antología Poética Digital "Mundo de Chocolatín", desde la ciudad de Salta, Argentina, compilada y editada por la escritora María Herrera. He contribuido a la causa con un poema dedicado a los niños de la calle.

NICOLÁS
(Soneto con estrambote)

En lugar de cuadernos y colores
cargaba su cajita de lustrar,
y hacía Nicolás otras labores
soñando con poder ir a estudiar.

Sin reparar en fríos ni calores
recorría las calles del lugar,
vendía golosinas de sabores
y brillaba zapatos sin parar.

Doce años, nada más, y parecía
el padre protector de la manada,
cuidando tres hermanos que tenía.

Y en un inquilinato, acongojada,
  su madrecita enferma se moría...
cual una flor marchita y deshojada.

Humanidad malvada
e injusticia social cruda e impía:
que mata la inocencia cada día.

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Rafael Humberto Lizarazo

Imagen: Niño lustrabotas

(De la Internet)

COTUDOS Y CON PAPERAS

Tras de cotudos, con paperas... así estamos muchos en esta infausta e interminable cuarentena, pues para colmo de males en medio de la miseria no hay manera de obtener ingresos: los ahorros se agotaron, la nevera está como para venderla, la desocupada alacena causa espanto y ni los ratones la frecuentan, estarán en la casa de algún rico buscando vida mejor. Seguramente, los que tienen dinero y casa grande puedan pasar la cuarentena como unas vacaciones más, pero para la gran mayoría es muy angustiante la situación a la espera de un milagro que permita subsistir un día más y, por tanto, abundan los trapos rojos en las puertas y ventanas como señal de que el hambre no da tregua.

EL TRAPO ROJO
(Coplas)

Mucha tristeza sentí
y me dio tremenda pena,
de la peladez tan grande
cuando "vide" mi alacena.

Con ganas de caldo'e papa
temprano me levanté,
pero "meramente" un gajo
de cebolla me topé.

A falta de papa y carne
puse a "jervir" en una olla,
un huesito de marrano
con aguasal y cebolla.

Por culpa del señor virus
"toy" casi frito en la paila,

el estómago me gruñe
y hasta la cabeza baila.

Como dice mi compadre

tras de viejos arrastra'os,

sin salud, sin provisiones

y de "ñapa" encarcela'os.

Los que tienen casa grande
y comida al por mayor,
no sufren lo que padecen
los "probes" en su dolor.

A ver si la suerte cambia
a to' los santos me acojo,
y saco por la ventana
al viento mi "chiro" rojo.

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Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: El trapo rojo
(De la Internet)

UN GALÁN DEL OTRO 'MUNDO'

Por aquellos días Paz de Río, mi pueblo natal, era una boyante población minera conformada por gentes trabajadoras y prestas a divertirse. Por lo tanto el salón de billares de mi padre siempre estaba colmado de clientes y entre ellos don Fernando Castro, quien más que un cliente era un muy buen amigo de mi viejo y, con el tiempo, también lo fue mío. Se caracterizaba por su vestir elegante, su buen hablar y su camaradería sin igual; le gustaban los juegos de mesa y el café cerrero que mi madre preparaba en olleta sobre la estufa de carbón. Todos lo conocíamos por el sobrenombre de 'Mundo', tal vez por su bagaje y amable galantería. Hace pocos días emprendió su postrer viaje... hasta siempre, don Fernando.

ADIÓS, AMIGO
(Soneto)

Era Fernando Castro un personaje

elegante en su forma de vestir,

de aroma fino e impoluto traje

a juego con su amable sonreír.

Un 'gentleman' de gusto y con bagaje

del hombre sabio y culto al discurrir,

se nos fue de paseo al postrer viaje

allá... donde no hay pena ni sufrir.

Con la suerte que tiene el ganador

jugaba cartas, dominó y billar, 

y al ajedrez con razonar profundo.

Solía ser gentil y encantador

 con sus buenas maneras de agradar,

ahora es un galán del otro 'Mundo'.

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Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Fernando y mi hermana Bethy
(Archivo particular)

A MERCED DEL VIENTO

«¡Ay!... estimado amigo mío, ni para qué le cuento —dijo don Alvarito—, estamos en un estira y encoge tan insoportable que parecemos veletas a merced del viento o barcos a la deriva en este tormentoso y oscuro mar de la pandemia. Somos entes sin futuro los adultos mayores, solamente nos queda vivir el día a día, porque cuando creemos que ya el encierro se termina lo prolongan nuevamente y la cruel incertidumbre nos agobia... lo mejor será dejarnos arrastrar por la corriente a ver hasta donde nos llevan el viento y las inmensas olas». Sí señor —le respondí—, completamente de acuerdo con 'sumercé', estamos navegando a la topa tolondra, pero confiando en Dios sortearemos la tormenta y veremos brillar el firmamento.

NAVEGANTE

(Jotabé)

Soy un extraño ser, sin porvenir,

cual río en su incansable discurrir.

Soy ahora, no creo en el futuro 

ni en mundos más allá del alto muro,

el tiempo en su rodar es un conjuro

que gira como noria, lo aseguro.

Ayer ya fue, pero hoy está latente,

y mañana será otra vez presente.

Soy eco en un constante ir y venir,

navegante surcando un mar oscuro:

dejándose llevar por la corriente.

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Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: El Naufragio
(Ivan Aivazosvky)