De la entrañable tierra natal uno se aleja físicamente, pero nunca se va del todo, el corazón se queda y es imposible hacer que olvide. Se queda entre el paisaje que nos vio crecer, en el eco de nuestros gritos al jugar, en las callecitas y caminos testigos de nuestro andar, en los pupitres de la escuela, en las aguas de los ríos donde aprendimos a nadar, en las bancas de la iglesia parroquial, en los escaños del parque, en los corredores de la casa paterna, en las horas del cine vespertino, en los aguinaldos y fiestas populares, en el abrazo de los amigos que aún esperan vernos regresar o en los ojos de la novia primera. En fin, el corazón se queda, se queda por siempre allá en el dulce hogar... allá en donde moran los recuerdos.
A MI PUEBLO
(Lizaraejo)*
Quiero volver a recorrer tus calles
hogar soñado de mi alegre infancia,
tus hermosas montañas y tus valles.
Lugar primaveral, florido y verde
que me viste crecer bajo tu cielo,
tu recuerdo impoluto no se pierde.
Bajo la bruma de mis sueños viejos
te extraño y a pesar de la distancia,
percibo el destellar de tus reflejos.
Paisaje del ayer, terruño mío
regresar a tus lares... es mi anhelo,
inolvidable y bello Paz de Río.
Hogar soñado de mi alegre infancia
que me viste crecer bajo tu cielo,
te extraño y a pesar de la distancia
regresar a tus lares... es mi anhelo.
*Lizara-Rima
Lugar primaveral, florido y verde
que me viste crecer bajo tu cielo,
tu recuerdo impoluto no se pierde.
Bajo la bruma de mis sueños viejos
te extraño y a pesar de la distancia,
percibo el destellar de tus reflejos.
Paisaje del ayer, terruño mío
regresar a tus lares... es mi anhelo,
inolvidable y bello Paz de Río.
Hogar soñado de mi alegre infancia
que me viste crecer bajo tu cielo,
te extraño y a pesar de la distancia
regresar a tus lares... es mi anhelo.
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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Paz de Río, Boyacá
(De la Internet)
Imagen: Paz de Río, Boyacá
(De la Internet)
*Lizara-Rima
Precioso poema seguro que esta rima es de tu cosecha propia.Saludos
ResponderEliminarSí, Charo, gracias. Es una ocurrencia mía la cual estoy utilizando para algunos de mis poemas.
EliminarUn abrazo.
Unos versos dedicados a esa tierra entrañable que no se puede olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo.
La tierra de la infancia no se olvida, Rafael. Bellos versos-homenaje a esa tierra bendita, que nos dió su cariño y su cultura. También yo regreso de vez en cuando a mi pueblo manchego.
ResponderEliminarTe dejo mi felicitación y mi abrazo por tu buen hacer.
Hermosos versos amigo,cariños.
ResponderEliminarOtro gran poema. Uno siempre está volviendo al lugar que lo vio nacer, a los primeros sueños y aventuras, a los recuerdos, amores y afectos que nos formaron para siempre. Es más, creo que es pura inspiración que no nos abandona en ningún momento.
ResponderEliminarAbrazo más que grande, Poeta!!
Algo queda fijado en las calles de la infancia de por vida: los juegos, las carreras, los amigos, el despertar a la vida... la verdadera patria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosos tercetos, Rafael, me hiciste recordar el primer poema que escribí cuando tenía 13 años, lo titulé igualmente El Pueblo y era un poema interminable por todo lo que me inspiraba el lugar donde nací, donde fui al colegio, donde comenzaron los primeros juegos... Me encantó leerte, como siempre. Mi abrazo y cariño.
ResponderEliminarBuena ensoñación, homenaje al pueblo que te vio nacer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estos tiempos acentúan la nostalgia, estamos unidos a nuestra infancia a pesar de los años, mi hijo menor va a vivir, en cuanto levanten la cuarentena, al barrio de mi niñez, y estoy súper feliz, un abrazo nostalgioso Rafael!
ResponderEliminarUna dulce y hermosa nostalgia.
ResponderEliminarMuy bello.
Un abrazo.
Esos lugares del campo, donde uno se cría lleno de amor a lo suyo y con la alegría y felicidad de estar en esos espacios que son únicos porque se quedan en nuestro corazón y eso nos hacen tener fortaleza para resistir lo que venga.
ResponderEliminarRafael, parte de mi infancia la viví, aquí en Santander, en un municipio, patromonio nacional: Barichara. Y después de muchos años de no ir, volver a las casas donde vivimos de niños, fue como si el tiempo no hubiera pasado, y estuviera viendo con otros infantes, tirados en un andén, las estrellas, que estaban ahí, como para que uno las cogiera. En tonces entendí porqué a los indios guanes, les gustaba vivir ahí: era un ob servatorio del cielo. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarHola Rafael, nos dejas ésta nostalgia de tu pueblo natal hecho verso con esa maestría que sabes aportar y que deja siempre buen sabor y por ello se espera el siguiente bocado de virtual encanto. Cuídate con tiento.
ResponderEliminarUn abrazo
Bello y cadencioso poema. Estas nostalgias nos invaden más en estos momentos. Felicitaciones y a cuidarse. Beso
ResponderEliminarLa tierra que nos vió nacer nos acompaña donde sea que nos encontremos. La llevamos en el corazón y ella nos lleva dentro.
ResponderEliminarSaludos Rafael. Bueno volver a leerte.