Charlando con María Clemencia, amiga de vieja data que casualmente me encontré en una de mis salidas permitidas por las medidas sanitarias durante la cuarentena, me contó de su amor fracasado cuando le pregunté que había sido de su vida durante los tantos años sin vernos. «Querido amigo —dijo bajando la mirada—, Mauricio me enamoró y me juró amor eterno, me aseguró que me amaba más que a nadie en el mundo, me prometió matrimonio y hasta escogimos fecha para celebrar la boda, pero todo fue una falsa ilusión: a los pocos meses ya no era el mismo e irremediablemente el cielo se nubló, todo se terminó por sus constantes infidelidades y, a pesar de amarlo tanto, no lo pude perdonar... estamos separados».
NAUFRAGIO
(Jotabea)
Me juró amor eterno, sus promesas creí,
y en una barca de oro navegando me fui.
No supe yo ni cuando ni como naufragué
entre las blancas olas de amor que imaginé;
le confié mis secretos, mi vida le ofrendé
y a pique se me fueron las cosas que soñé.
Dolor e incertidumbre llegaron al momento,
cual dejo de amargura traído por el viento.
Ambrosía anhelada que en el azul perdí
al golpe traicionero del ser que idolatré,
al golpe traicionero del ser que idolatré,
perfidia y desengaño... fatídico tormento.
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Rafael Humberto Lizarazo
Imagen: En el café
Imagen: En el café
(De la Internet)
Los amores eternos son los que menos duran.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy triste esta historia de desamor y engaños, lamentablemente ocurre con demasiada frecuencia.A pesar del tema tan triste y personal de tu poema lo has sabido calcar a lo que es la realidad.Saludos
ResponderEliminarQué facilidad para versar una narrativa. Genial.
ResponderEliminarSAludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLas cosas del amor y sus ilusiones.
ResponderEliminarUn buen poema.
Un abrazo.
Nunca fue un amor verdadero amigo Lucas. No se puede ir por la vida engañando, ese daño muchas veces es irreparable.Por desgracia, existen muchos desaprensivos que se suelen aprovechar embaucando y engañando a gente con buenos y nobles sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cómo duele todo lo que ansiamos sea eterno... No dejas historia de vida pasar sin evocar con tus nítidos versos, Rafael, tienes ese talento propio del poeta popular.
ResponderEliminarAbrazo grande, amigo!!
Como en el bolero ¨Perfidia". Pero, es que nada garantiza que el amor sea perdurable y fiel. Y, que bueno que sea así, para bien de la poesía con en tu poema, de la música y la narrativa. Hasta del ensayo filosoófico, sobre este tema que popularmente le llaman del corazón, y que Ortega y Gasset, trató con la altura de su pensamiento. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarLas "barcas de oro", a veces, tienen esos naufragios.
ResponderEliminarUn abrazo.
El amor es complicado, y triste cuando a quien amamos no nos corresponde o peor nos engaña. Abrazos
ResponderEliminarComo diría Shakespeare: "Mucho ruido y pocas nueces“ referido a la grandilocuencia del don Juan ese. En todo caso gana tu amiga al spararse de un sujeto incapaz de comprometerse.
ResponderEliminarUn abrazo
Un buen poema amigo,cariños.
ResponderEliminarSomos tan curiosas al enamorarnos... Ellos ni dicen nada y nosotras juramos que nos prometen. Nos hacemos la película para no ver loa defectos expuestos a la vista de todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Increíble Rafael, tienes facilidad extraordinaria para versar. Recuerdo a mis padres, cuando discutían lo hacían en verso y terminaban riéndose. Los Juan Tenorio abundan en el mundo.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana.
La infidelidad es mala compañera de viaje y acaba por arruinarlo todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Genial historia, con gran talento versada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Barca frágil es el amor. Queda tu poesía para recordarlo de la mejor forma. Besos
ResponderEliminarEs muy difícil vivir al lado de alguien que no puede ser leal por su naturaleza, o se lo acepta o se lo deja ir a volar libre, qué pena que María Clemencia no pueda encontrar el amor en otro lugar, un abrazo Rafael!
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