«¡Ay!... estimado amigo mío, ni para qué le cuento —dijo don Alvarito—, estamos en un estira y encoge tan insoportable que parecemos veletas a merced del viento o barcos a la deriva en este tormentoso y oscuro mar de la pandemia. Somos entes sin futuro los adultos mayores, solamente nos queda vivir el día a día, porque cuando creemos que ya el encierro se termina lo prolongan nuevamente y la cruel incertidumbre nos agobia... lo mejor será dejarnos arrastrar por la corriente a ver hasta donde nos llevan el viento y las inmensas olas». Sí señor —le respondí—, completamente de acuerdo con 'sumercé', estamos navegando a la topa tolondra, pero confiando en Dios sortearemos la tormenta y veremos brillar el firmamento.
(Jotabé)
Soy un extraño ser, sin porvenir,
cual río en su incansable discurrir.
Soy ahora, no creo en el futuro
ni en mundos más allá del alto muro,
el tiempo en su rodar es un conjuro
que gira como noria, lo aseguro.
Ayer ya fue, pero hoy está latente,
y mañana será otra vez presente.
Soy eco en un constante ir y venir,
navegante surcando un mar oscuro:
dejándose llevar por la corriente.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: El Naufragio
(Ivan Aivazosvky)
(Ivan Aivazosvky)
Así estamos en estos omentos a merced de ese "viento" que amenaza con hacernos naufragar pero cómo bien dices Él nos librará de esta tormenta. Tu poema es precioso Rafael.Saludos
ResponderEliminarY en ese ir y venir, en la derrota a la que nos llevan los vientos, ser en cada realidad y viajar hacia el encuentro definitivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy realista tu poema. Excelente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos insignificantes a manos del destino de la tierra, seguiremos mientras la naturaleza quiera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué bueno, Rafael, y tus musas te hicieron una muy lograda fotografía! Y te cuento, tuve que hacer otras cabriolas para que algunos de ustedes mis queridos amigos encuentren mi blog. Hice yo misma la prueba, entré por Google, puse: elblogdemariacristina.blogspot.com y me llevó directo! Un abrazo!
ResponderEliminar"El tiempo en su rodar es un conjuro..." nítido y certero una vez más, poeta. Sabes de lo que hablas, como siempre, Rafael.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Estamos en unos días de desconcierto...
ResponderEliminarUn abrazo.
Así estamos todos, si de ayuda, no de consuelo te sirve. Muy bueno, también la foto y más allá ese cuadro tan bonito que seguro pintaste tú. Beso y a cuidarse
ResponderEliminarMuy bueno y real tu poema Rafael, es cierto que navegamos en un mar con cantos de sirenas que en cualquier momento nos impidan volver a Ítaca.
ResponderEliminarUn abrazo con esperanzas en una buena travesía.
En España también estamos sin rumbo fijo, y lo peor de todo esto cuando uno llega a cierta edad y con el COVID de por medio es cuando más se aprecia el día a día y mañana Dios dirá.
ResponderEliminarUn bello poema que resume la actualidad.
Un abrazo Rafael.
Menos mal que alguien sujeta el timon por si nos desviamos demasiado del rumbo y es que hemos perdido cualquier indicación valida, nada es cierto y nada es valido, vamos en una embarcación sin rumbo y al pairo. Un arazo
ResponderEliminarUn poema muy real amigo.cariños.
ResponderEliminarTodos nos sentimos asi mi amigo,
ResponderEliminartu lo dices muy a tu hermoso estilo,
no perdamos la fe.
Besitos dulces
Siby
Esta es nuestra realidad, Rafael. Tú la has versado muy bien, somos marionetas en las manos del más fuerte. Hay que protestar, no quedarnos inmóviles y reflexionar para dar el voto electoral.
ResponderEliminarQue no nos mate el miedo. Hay que vencer.
Abrazo grande
En estos tiempos extraños debemos alimentarnos de esperanzas, nunca desistir y sí resistir. El viento nos llevará a buen puerto...
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que te comprendo bien también me siento navegante
ResponderEliminaren el ancho mar de la vida.
Un abrazo grande
Con ritmo “Jotabé” nos aproximas Rafael, a ese navegar de sinsabores que el confinamiento pone al frente de éstas aguas que revueltas están en el presente y la tregua parcial se hace incipiente para volver a salvar otro oleaje que azota consecuente sin brújula que oriente.
ResponderEliminarUn abrazo