Hay muchos que tienen amor y dinero, yo no tengo nada todo lo perdí... Cantaba yo, aquella tardecita, en la tienda de doña Fideligna, cuando, de repente, a la puerta del negocio se acercó una atractiva señorita, me miró por un momento y, luego, siguió su camino sin chistar palabra. Yo me zampé otro aguardiente, seguí tocando la guitarra y cantando como si nada. Al cabo de un rato, la susodicha señorita, volvió a pasar e hizo lo mismo: me miró, sonrió coquetamente y se marchó enseguida. Cuatro o cinco veces la vi pasar por el frente y, entonces, me decidí a invitarla para que hiciera parte del jolgorio y degustara un traguito.
LA PECOSITA
(Carranguera)
Señores vengo a
contarles
una historia de "verdá",
que me sucedió
hace tiempos
en el pueblo’e
Socotá.
Estando yo en una tienda
cantando con
alegría,
una damita pecosa
se asomaba y sonreía.
Yo me hacía el indiferente
mirándola de
reojo,
y ella pasaba y pasaba
con su carita de antojo.
De tanto verla pasar
de
pa’ rriba y de pa’ bajo,
se me ocurrió convidarla
a que tomara refajo.
La saludé muy galante
y de manera cordial,
pensando pa’mis
adentros
este huevo quiere
sal.
«Tan sólo por un ratico
lo acompaño
complacida»,
pero no fue por un
rato
sino pa’toda la vida.
Yo que tenía mi
tumba’o
con dotes de
picaflor,
tuve que olvidar
la farra
y hacerle caso al
amor.
Así termina la historia
de aquella tarde bonita,
cuando cambió mi destino
por culpa’e la pecosita.
__________________
Derechos Reservados Copyright © 2017
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: La pareja Feliz
(Álbum familiar)
Imagen: La pareja Feliz
(Álbum familiar)
Parece que cambió para bien ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
Claro, Alfred, de eso hace ya casi treinta años... tiempo que llevamos juntos.
EliminarAbrazos.
Buena y dulce canción.
ResponderEliminarCordial saludo!
Que lindo!!! es el destino amigo muy linda historia,abrazos y por muchísimos más.Abrazo.
ResponderEliminarPrecioso amor!!!! Un fuerte abrazo
ResponderEliminarLa vida no sabes que te va a traer cada día, y el destino es caprichoso y cuando menos te lo esperas ahí esta tu otra parte llenándote de luz.
ResponderEliminarBesos
Bien. Si les has puesto música, grábala, que la escuchemos.
ResponderEliminarSi, en esas estoy, pronto la escucharán.
EliminarAbrazos.
Preciosa tarde que inmortilizas en tus versos como algo inolvidable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bonito, una historia de amor que empezó bien y sigue mejor, la familia creciendo y la ilusión mantenida. Un abrazo
ResponderEliminarY mereció la pena enamorarse yel cambio del destino, tus versos así lo dicen y me recuerdan al trovador enamorado cantando a su amada.Saludos cordiales
ResponderEliminarQue entrañable y preciosa poesía con ese ritmo tan hermoso que te caracteriza.
ResponderEliminarLa fotografía es encantadora, la pecosita parece una muñeca, y muy tierna de la abajo.
Me ha gustado mucho tu entrada Rafael.
Un abrazo.
Hermoso cómo lo cuentas.
ResponderEliminarEl destino...
Un abrazo
Una linda historia.
ResponderEliminarPreciosa.
Un abrazo.
Y qué bien contado, Rafael! Me ha parecido un auténtico romance. Gracias por contarlo. Mi abrazo y cariño.
ResponderEliminarQue bonita historia de verda. dulce recuerdo.
ResponderEliminarSaludos.
Me ha encantado la historia y sobre todo tu forma de contarla. Besetes.
ResponderEliminarY además forman una hermosa pareja! Un abrazo para vos y tu Pecosita Rafael!
ResponderEliminarQué bonito ¡¡¡¡ es todo un romance.
ResponderEliminarAsí es Rafael,casi siempre son ellas la que eligen.
ResponderEliminarMe gustó mucho ese tono de ternura que empleas para contar tu "historia de verdá",aunque sospecho que no te costó ningún esfuerzo,por tu tierra soléis contar las cosas así,con el alma.
Un abrazo
Me alegra el final feliz.
ResponderEliminarBesos.
Ay que linda historia Rafael!
ResponderEliminarque linda que alegras el corazón al leerte
un abrazo compartido, estimado amigo!
para ti y tú hermosa pecosita ;.)
Rafael, bellamente encantador. Cuando el amor llama, nada lo detiene. Un abrazo a tu familia. Carlos
ResponderEliminarBella y simpática historia de amor Y lo de picaflor, ya me lo creo...
ResponderEliminarBesos, trovador