–¡Hola, mi chino! ¿Cómo le ha ido? ¿Qué milagro'e verlo? –me dijo don Leonidas cuando nos topamos en la tiendecita de la esquina–, ¿qué me cuenta de nuevo?, ¡siéntese y tómese alguito! –Milagro que "sumercé" no hace, don Leo, poco se soma por estos lares –le contesté recibiéndole la primera. Después de un rato comenzó a contarme sus pesares: –Cómo le parece que la "patialegre" de la Rosana me resultó traicionera, yo que era un viudo resabia'o me dejé tentar por su belleza y míreme ahora vuelto harina y despecha'o porque la sinvergüenza me la jugaba con un policía tan joven como ella, menos mal que la "pillé" a tiempo y pude sacarle el quite antes de que me dejara limpio. Eso sí, pa'despedirla se la hice bien bonita –concluyó echándose la otra pechada y se puso a cantar un viejísimo tango arrabalero. Casi amanecemos entonando tangos, rancheras y valses... pero ahogamos las penas.
(Soneto)
Para que no digas que fui muy ingrato,
para que no digas que fui duro y cruel:
bajo la almohada te dejé un retrato
y sobre la misma rosado clavel.
La imagen pintada con tinte barato,
el clavel con sangre de mi herida piel;
me diste placeres de amor por un rato
y besos amargos de melaza y hiel.
Cuando tú pasaste por mi lado un día
de tanto donaire prendado quedé,
mas fue un espejismo de la vanidad.
Me ofreciste impura tu sábana fría
y caricias falsas, ¡ya muy bien lo sé!
Pero mi cariño... sí fue de verdad.
__________________
Derechos Reservados Copyright © 2019
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: La tienda de la esquina,
Iza, Boyacá. (Foto propia)
de tanto donaire prendado quedé,
mas fue un espejismo de la vanidad.
Me ofreciste impura tu sábana fría
y caricias falsas, ¡ya muy bien lo sé!
Pero mi cariño... sí fue de verdad.
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Derechos Reservados Copyright © 2019
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: La tienda de la esquina,
Iza, Boyacá. (Foto propia)
Sentido poema, Rafael, con toda la pasión y dolor de un tango. Hasta me pareció escuchar sus compases.
ResponderEliminarEsto fue escrito como dijera Julio Jaramillo...CON TINTA SANGRE DEL CORAZÓN
ResponderEliminarBonito soneto el que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las penas de amor. Cuánto despecho, cuanta tusa, pero se sacan con otra cuña, otra dulce vindicta, o el guaro. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarUn soneto precioso, con sentimiento y fuerza. Abrazos
ResponderEliminarCreo que te dije ya alguna vez, amigo, tus poemas y coplas debieran sonorizar un documental sobre tus pagos y gentes, sobre tu acervo y tradiciones. Sinceramente.
ResponderEliminarAbrazo grande, Rafael!!
Y... yo lo vivo considerando, Carlos, pero los que mandan opinan lo contrario.
EliminarUn abrazo.
Un falso amor descubierto a tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acompañar al amigo en su pena, eso está bueno Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarExcelente.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz domingo.
Mucho sentimiento a flor de piel,cariños.
ResponderEliminarQue bonito momento con tu amigo y que bello soneto salió de tal reunión.
ResponderEliminarUn placer la lectura de la conversación con D. Leonidas y de tus versos.
Un abrazo.
Tu soneto tan bello retrata esos momentos en los que los amigos se hermanan a través de contarse sus penas.
ResponderEliminarSaludos.
Triste historia la de tu amigo que se repita con frecuencia pero al menos pasatéis un buen rato y te inspiró un poema.Saludos
ResponderEliminarLas penas quedaron bien ahogadas. Qué ambiente más acogedor.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
De dolores y desamores se aprende la dureza de la vida...
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