Nublada y fría está la tarde, cae un incipiente aguacero que apenas moja las calles solitarias de una ciudad adormecida por el sopor de la pandemia. La sociedad se ha ido sumiendo en la indiferencia: los que tienen modo conllevan la cuarentena sin mayores problemas, otros se la juegan en el rebusque tratando de sobrevivir; los más olvidados soportan los rigores del hambre y del frío deambulando por las calles implorando caridad para alimentar a sus pequeños hijos o para poder abrigarlos en las heladas noches, aunque sea bajo techos de cartón. De vez en cuando, pasa María con su tres pequeñines: uno a la espalda, otro en brazos y el mayorcito, de su mano; me saluda sonriendo y, al rato, se va contenta con lo poco que humildemente le podemos dar. Ella es, simplemente, una de las tantas madres abandonadas a su suerte.
FUTURO
(Jotabé con estrambote)
(Jotabé con estrambote)
Es lóbrega la tarde en la ciudad
e inmensa la indecible soledad.
Mujeres en sus yertos escondrijos
contemplan harapientos a sus hijos,
que muestran en sus tristes ojos fijos
el hambre delirante de amasijos.
El tañer de campanas gemidoras
retumba en el sopor de las auroras
y... es trágica agonía la heredad
que implora el regresar de regocijos:
al paso insoportable de las horas.
Silentes soñadoras
creciendo con la cruz de sus dolores,
las almas de inocentes moradores.
las almas de inocentes moradores.
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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Plaza de Tunja
(De la Internet)
Imagen: Plaza de Tunja
(De la Internet)
Que tristeza amigo,abrazo fuerte.
ResponderEliminarUn mundo globalizado en la tristeza. Un abrazo
ResponderEliminarEs triste y crudo lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has hecho que el drama d ela pobreza sea hermoso con tus versos pero me ha puesto muy triste pensar en esa realidad...¡¡¡¡NADIE DEBERÍA DE PASAR NI HAMBRE NI FRÍO!!!!! Saludos
ResponderEliminarEsperemos que esté llegando un futuro que no duela... Uno de tus poemas más dolidos, Poeta!!
ResponderEliminarAbrazo grande.
Rafael, me has hecho llorar, he leído tu poema tres veces y es la realidad dura y silenciosa que estamos viviendo en esta pandemia. No sé cuando podremos volver a ver la luz, en España han vuelto los confinaminetos en las casas, porque han vuelto los repuntes del virus con más poder destructor. En Lleida se ha vuelto al confinamiento y las mascarillas vuelven a ser obligatorias aunque haya distancia. sólo un milagro nos puede salvar de tanto dolor.
ResponderEliminarUn abrazo desde el corazón.
Estamos viviendo un momento histórico y todavía no se vislumbra el final. En el camino son muchos los que se encontraron el pasaporte que no habían solicitado y muchísimos los que se quedan al borde de la miseria. Bravo, poeta, por cantarle a este azote tan tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué triste realidad la de esa mamá y sus pequeños hijos, un abrazo Rafael!
ResponderEliminarReal y crudo lo que cuentas en el poema, hay tantos rostros tristes y pobres sufriendo los embates de la pandemia. Me ha gustado el nuevo diseño que tiene tu blog, muy profesional, me alegra mucho. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarUna triste realidad que estamos viendo en cada rincón del mundo azotado por la pandemia. Espero de todo corazón que esta pesadilla acabe pronto y seamos mejores seres humanos para que al fin se termine con tanta desigualdad. Abrazo virtual para ti.
ResponderEliminarAbundando en la secuela acongojarte de la insufrible pandemia...nos dejas Rafael en tus rítmicos versos "jatabianos", toda una denuncia de aquellos que la situación les deja en el más precario de los alcances, que la justicia llegue y la solidaridad alcance.
ResponderEliminarUn abrazo
La pandemia cuánto cambió la vida. No es extraño que la sensación sea la de sentirse en una guerra, con esa desolación que se observa en tu fotografía, cuano ya las calles no convocan grupos o multitudes. Por eso "y... es trágica agonía la heredad
ResponderEliminarque implora el regresar de regocijos:
al paso insoportable de las horas."
Un abrazo desde mi cubil. Carlos
Magnífico y conmovedor verso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu poema muestra claramente el trágico panorama que viven en la América morena. Reconozcamos la pandemia y las calles desoladas y muertos por este virus, pero tanta desigualdad es inconcebible. Sabemos que la corrupción campea y que la riqueza se acumula en manos de pocos. Se debería pensar mejor al momento de ir a votar? o invertir más dinero en la educación?
ResponderEliminarUn abrazo Rafael, tú has versado tal y como es.
Es el triste peregrinar de esta humanidad , donde nos hemos puesto nosotros mismos...
ResponderEliminarpero hay que buscar el resquicio de la misericordia que sostenga aún más fuerte lo que ya llegó ...los dolores de esas madres puedan salvar más de un alma por su caridad y real bondad.
abrazo.
Que triste realidad amigo, un poema que duele...... Saludos.
ResponderEliminarSi, tristemente es así, los más pudientes sobrellevan la pandemia, más o menos bien, pero luego están los menos afortunados que luchan con ferocidad y a la vez con impotencia, para salir de ella con vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuanto daño, tristeza y dolor está dejando la pandemia en nuestros pueblos de América Latina. Acá en la provincia de Buenos Aires, es la más castigada por el virus y la pobreza es un castigo sobre los que se han quedado sin trabajo. Por más que el estado subsidia con mensualidades a los más indigentes, no alcanza.
ResponderEliminarDolorosa tu escrito y tu poema, pero real.
mariarosa
Es muy triste amigo Rafael. Hagamos siempre un canto a la esperanza por aquellos que tan mal lo están pasando y ojala cambie la vida de tanta desdicha y sin razón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que triste Rafael, el corazón se me
ResponderEliminararruga de tanto dolor, esta pandemia
que estamos viviendo, jamas podremos
olvidar todo el dano que causo.
Besitos dulces
Siby
La pandemia está pegando sin piedad, pero sobre todo se ceba en los más débiles. Ese ambiente gris y frío, esa pobreza... Que bien reflejado.
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