El paisaje, vasto y colorido, sobre el cual se desplomaba el radiante sol, parecía una gran manta entretejida con retazos de variados matices. Era el medio día cuando llegué a la loma colorada, después de varias horas de camino; desde ahí pude contemplar todo lo que había guardado en mi memoria durante tantísimos años: las montañas a lo lejos, los barbechos y trigales, el bosque de eucaliptus, la quebrada, el ganado pastando, las matas de curuba y, bordeado de margaritas, el polvoriento sendero que me llevaría a la casita aquella donde fuera tan feliz. Corrí pendiente abajo, como en la edad pueril, a reencontrarme con el ayer.
OTOÑAL
(Serventesios)
Soy caminante ya entrado en años
mas todavía tengo ilusiones,
tras el dolor de los desengaños
escribo versos y hago canciones.
Fui campesino por abolengo
pues mis abuelos duermen allá,
la humilde cuna de donde vengo
mi gran orgullo siempre será.
Son mis recuerdos las margaritas
que despuntaban en los caminos,
o las curubas que maduritas
se entrelazaban con los espinos.
Soy hombre viejo ya en el otoño
y sol poniente de los venados,
tronco del árbol que de un retoño
vuelve a dar frutos azucarados.
Fui navegante de un mar dorado
cual las espigas en los trigales,
dejé mis huellas como el ganado
en los barbechos y pajonales.
Son mis anhelos ser la frondosa
hierba crecida de los potreros,
ser golondrina... ser mariposa
en mis serenos años postreros.
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Derechos Reservados Copyright © 2023
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Estampa boyacense
(Foto propia)
El caminante siempre encuentra a la poesía, o al revés...
ResponderEliminarUn abrazo.
Que precioso caminar con los versos como pies.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin olvidar de donde se viene, con la fuerza del conocimiento adquirido, enfrentas el futuro que quede, con energía y ganas de disfrutarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso tu nostálgico poema, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarAy qué maravilla leerte en este otoñal con la visión de un tiempo atrás donde fuiste feliz, y esa visión y los pensamientos los trasmites de maravilla con estos hermosos serventesios que suenan a música y huelen a campo. Seguro que ya le has puesto la música de tu guitarra.
ResponderEliminarLos disfrute mucho. Un abrazo y feliz semana.
Gracias, Elda, efectivamente ya tiene su melodía y se puede cantar, la estoy tarareando mientras pulso la guitarra. Un abrazo.
EliminarInolvidables tus versos, Rafael amigo, una vez más cumpliendo tu misión de eternizar el ayer que te formó como Poeta y hombre de bien...
ResponderEliminarAbrazo admirado.
Que bello poema nos regalas hoy Rafael, me ha encantado.Saludos
ResponderEliminarEscribes muy bonito paseas por los años por la vida y apetece acompañarte. Un abrazo
ResponderEliminarLos años pasan y te inspiran bellamente estimado Rafael. felicitaciones por tu poema, guarda un crisol de imagenes y vida en sus versos.
ResponderEliminarmariarosa
El anhelo de uno de los viejos poetas colombianos, Roca de ser enterrado bajo un árbol para ser su nutriente. Un abrazo, Rafa. Con aprecio. Carlos
ResponderEliminara través de las estrofas el poeta Rafael va dejando
ResponderEliminarregueros de ru vida , viendo margaritas , sus años mo-
zos y todo el transcurrir de ella ...hasta ser gozosa y se-
rena mariposa viendose desde afuera sus postreros
momentos de vida ...precioso poema Rafael , gracias
por comapartirlo....feliz semana . jr.
¡Qué bello poema, estimado Rafael !! qué bien describes el campo que te vio crecer, la tierra hermosa que heredaste de tus abuelos. Me encantaron tus rimas que felicito. Y aprovecho esta oportunidad para invitarte cordialmente a mi blog "Mis poemas a Camilo Sesto", es un blog recientemente creado y ya varios bloggeros me han honrado con su visita, y me encantaría que me dejaras algún comentario en alguno de mis poemas. Un abrazo grande.
ResponderEliminarEres caminante y entre bellos versos nos muestras todo tu sentir.
ResponderEliminarVengo de un blog amigo y encabtada de encontrarte.
Saludos
Precioso y nostálgico poema. Cuántos hermoso recuerdos. Cariños
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