En mi adolescencia, y que no lo sepa nadie, me gustaba hacer poemas de amor por encargo de mis compañeros del colegio que deseaban galantear a las damitas causantes de sus desvelos. Eso sí, les advertía que los transcribieran con su propia letra para evitar ser descubiertos. Cierta vez, estando en la clase matemáticas, el señor profesor me pilló ensimismado tratando de cumplir uno de aquellos compromisos: me arrebató la hoja, leyó el poema en voz alta y me puso en evidencia ante todo en el salón; luego, sorpresivamente, pidió un aplauso y no aplicó ningún castigo. Desde aquel día, me hice muy popular entre las niñas, y conseguí varias novias, para envidia de mis compinches.
JUVENIL ENCANTO
(Jotabes dodecasílabos con estrambote)
I
Tienes dulce niña los más tiernos ojos,
la cara más linda, los labios más rojos.
Quisiera brindarte sabrosa paleta,
algodón de azúcar, cholado y crispeta;
pero no poseo ni media peseta
para darte gusto, mi niña coqueta.
Cuando tú sonríes me siento morir,
no logro expresarte mi ardiente sentir.
no logro expresarte mi ardiente sentir.
Se nublan los lentes de mis anteojos,
tropiezo, me caigo de la bicicleta
y... todo el colegio se pone a reír.
II
Un par de esmeraldas adorna tu cara,
cual fueran luceros en la noche clara.
Igual a tus ojos nada hay en el mundo,
no puedo apartarlos de mí ni un segundo;
si no los contemplo parece que me hundo
bajo las tormentas de dolor profundo.
Te escribí un poema para dedicarte,
en vez del presente que anhelaba darte.
Sólo tu mirada de cielo me ampara,
cuando por las noches soy un vagabundo
y... brillan tus ojos por cualquiera parte.
Primorosa obra de arte,
eres, ¡oh mi niña!, la de ojitos tiernos:
la de corazones entre mis cuadernos.
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II
Un par de esmeraldas adorna tu cara,
cual fueran luceros en la noche clara.
Igual a tus ojos nada hay en el mundo,
no puedo apartarlos de mí ni un segundo;
si no los contemplo parece que me hundo
bajo las tormentas de dolor profundo.
Te escribí un poema para dedicarte,
en vez del presente que anhelaba darte.
Sólo tu mirada de cielo me ampara,
cuando por las noches soy un vagabundo
y... brillan tus ojos por cualquiera parte.
Primorosa obra de arte,
eres, ¡oh mi niña!, la de ojitos tiernos:
la de corazones entre mis cuadernos.
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Derechos Reservados Copyright © 2020
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Niña boyacense
(periodicoeldiario.com)
(periodicoeldiario.com)
Precioso poema.Oh!Que bonita la adolescencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes mi palabra de que por mí nadie lo sabrá:-))
ResponderEliminarBromas aparte tus poemas me han parecido geniales y la chica guapísima.Feliz día de San Valentín
Así se enamora a las mocitas, con arte y elegancia, con piropos y galanura. Preciosa poesia y muy bonita la niña que has elegido. Un abrazo
ResponderEliminarSí que logras expresarte, Rafael, y también conmover. Deliciosa anécdota de tu juventud evocas además. Debiera ser tenida en cuenta en tu biografía de Poeta.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Con versos así debiste tener muchos corazones a tus pies... (Sonrío...)
ResponderEliminarUn abrazo.
Un precioso poema. Antiguamente eran motivo de conquistas, imagino que hoy día, se dirán otras cosas y no tan bonitas con el móvil amigo Rafael. ¡¡Una pena!!
ResponderEliminarUn abrazo
20 puntos
ResponderEliminarUna belleza de poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tierno, inocente y enamorado. Juventud divino tesoro, tanto para la niña como para ese hombre en ciernes. Felicitaciones, siempre te superas y no hay tema que no bordes bien. Besos
ResponderEliminarUn profesor sensato, que supo ver el talento más allá de la falta momentánea, y te dio el valor para seguir adelante, bien por eso, un abrazo Rafael!
ResponderEliminarJajaja, muy bien por ti Rafael, el profesor supo apreciar el talento del joven poeta y conseguiste la admiración de las jovencitas.
ResponderEliminarFantásticos poemas Jotabé para conquistar a los tiernos amores, de tus amigos.
Preciosa la niña que encabeza tu entrada.
Un abrazo y buen fin de semana.
Desde ahí sabiendo expresarse, que mejor que cultivando el racimo del amor...
ResponderEliminarbella poesía.
Veo que de antiguo te viene el mérito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuánto encanto tiene el rostro de la chica y tu poema una maravilla de amor
ResponderEliminarHermoso poema de amor amigo Rafael. Saludos.
ResponderEliminarLos poemas de amor corren el riesgo de abarrotarse de lugares comunes, quizás en la periferia existan datos no vistos que nos esperan.
ResponderEliminarPara mí, lo importante, Anuar, es expresar el sentir de manera sencilla, clara y concisa sin reparar en "lugares comunes" ni tratar de impresionar con sofisticadas analogías o metáforas. No me preocupa la encumbrada opinión de los "literatos", me vale más el ciudadano de a pie, ese que al leer el poema pueda entenderlo y tal vez disfrutar de un agradable momento sin tener que recurrir al diccionario.
EliminarUn abrazo.
Precioso tu poema de juvenil y amoroso encsnto. Sí que eras travieso... Jajajs. Bravo por tu profe que pidió un (bienmerecido) aplauso.
ResponderEliminarBesos desde Brasil
Hermosisimo!!!cariños.
ResponderEliminar¡Cuánta ternura, Rafael! Mis felicitaciones.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ciertro, Rafael. Es en el colegio, donde uno emprende la carrera de hacedor de versos, por aquello de que el poema es más espontáneo,lírico y menos aplicado a la carpintería como explicaba Gabo, para la construcción del cuento o la novela. Si usted, Rafael descubrió esa vocación de una situación infortunada, pero al positiva, puedo decir que lo mismo nos sucedió a El monje Jorge, uno de los poetas grandes de Piedecuesta, y quien esto comenta. Nos "botaron" de la escuela Normal, casi a mediados de año, y como llevamos una picazón adentro, cuando Pablus Gallinazus vino a dar una conferencia sobre el nadaismo, nos dimos a escribir poemas a granel, para ganar el favor amoroso de las estudiantes del Centro femenino de comercio. Y fueron buenos tiempos, pues fundamos el primer movimiento nadaísta en Piedecuesta, que bautizamos Tres minutos de soledad. Saludos. Carlos
ResponderEliminarTal cual, Carlos, diste en el clavo. Gracias por el comentario.
EliminarUn abrazo.