A don Carlos Julio, en uno de sus repentinos arrebatos, se le ocurrió la genial idea de poner un letrero en la ventana de su casa que decía: “Chisga, motivo viaje véndese esta”. Todos las mañanas, se plantaba junto a la entrada con una libreta de apuntes y un lápiz en la mano esperando para ver a cuántos les picaba la curiosidad e indagaban por el meollo del asunto. –Don Carlitos, ¿Cuánto está pidiendo por la casa?, le preguntaban amablemente, y él furioso les contestaba: –¿Otro sinvergüenza que me quiere sacar del pueblo? ¡Cómo se llama usted para meterlo en la lista! Por supuesto que mi padre incluyó a varios en su listado, pero la casa no se vendió; ahora es legado invalorable, factoría de gratos recuerdos e intransferible patrimonio familiar que ojalá podamos conservar.
LA TRAMPA
(Soneto)
Como si fuera zorro en cacería
puso don Carlos singular letrero:
que casa grande
con solar vendía
para salir de viaje al extranjero.
Habrase visto inusual porfía
de viejito mañoso
y pendenciero,
que formó
semejante algarabía
con argucias innatas de trampero.
Libreta en mano y
lápiz afinado
enfrente de la
casa bien plantado,
a todo el que curioso preguntaba
le formaba ipso facto la camorra,
lo mandaba de un grito hasta la porra
y en lista de no gratos lo anotaba.
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Derechos Reservados Copyright © 2017
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: La casa paterna.
Del álbum familiar.
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Derechos Reservados Copyright © 2017
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: La casa paterna.
Del álbum familiar.
El humor no debe faltar ni en este soneto. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy Bueno!!!!.
ResponderEliminarUn abrazo
Un soneto estupendo para contar las mañas de D. Carlos.
ResponderEliminarMuy simpático te ha quedado Rafael.
Un abrazo.
Tenía mal genio pero sabía lo que quería el viejito. Buena entrada amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarTu arte transmite y no siempre me has arrancado una sonrisa, como hoy, sabes que, a veces, también me has emocionado.
ResponderEliminarComo mi ordenador ya está arreglado, ahora sí que puedo venir a visitarte, agradecer tus letras y dejarte mis cariños.
Kasioles
Gracias, estimada amiga, bienvenida de vuelta a esta tu casa.
EliminarUn abrazo.
El soneto es impecable y la historia que lo provoca es original y simpática. Me hubiera llevado muy bien con don Carlos Julio. Abrazos
ResponderEliminarDon Carlos Julio tenía carácter.
ResponderEliminarMuy hermoso, Rafael.
Un abrazo
Buena manera,abrazo.
ResponderEliminarJajaja con ese genio tiene que haberle costado vender la casa a este distinguido Señor.
ResponderEliminarSiempre es un agrado pasar a leerte, amigo.
Abrazos.
Ingenioso don Carlos, así como el autor del soneto. ;-) Muy bueno, Rafael.
ResponderEliminarUna entrada magnifica de esas que no se olvidan abrazo
ResponderEliminarQué salida original! Era tu padre o entendí mal? Un viejito simpático y de salir al ruedo a provocar! Un abrazo Rafael!
ResponderEliminarSí, María Cristina, era mi padre. Esta es solamente una de sus tantas ocurrencias, me perece estarlo viendo... tenía su carácter, pero era buena gente.
EliminarUn abrazo.
Me encanta la casa, su valor sentimental los recuerdos que atesora y sobre todo las letras tan llenas de amor que le dedicas, a la casa y a tu padre.
ResponderEliminarUn placer siempre leerte amigo Rafael.
Un abrazo.
Ambar
Gracias a ti también por tus palabras de recibimiento.
ResponderEliminarCariños.
kasioles
¡¡Que personaje don Carlos Julio, era según a mi ver, una forma de pasar el tiempo y en el fondo divertirse!!
ResponderEliminarmariarosa
Una buena anécdota familiar que te ha inspirado un gracioso soneto....me ha encantado y la casa también.Saludos
ResponderEliminarQué divertido ha sido conocer este personaje. Últimamente no he tenido mucho tiempo de visitarlos, apenas para medio alimentar mi blog pero me alegra ver que todavía están por aquí y poder llegar a tu casa.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Buen soneto, Rafael. Reímos o sonreímos y como las historia es verdadera y de tu padre, tiene entonces mayor sentido y factura.
ResponderEliminarAbrazos.
Que divertida historia con soneto y todo"
ResponderEliminarBonito soneto y relato, una entrada completa y variada.
ResponderEliminarBesos.
Jajaja.. Qué anécdota-recuerdo entrañable, personaje increíble que encontró la forma de entretenerse e investigar. Me encantó don Carlos Julio, comparte más que son historias breves pero sabrosas. Gracias. Abrazo
ResponderEliminarSi, Rosa María, sutilmente él averiguó quienes realmente lo apreciaban y quienes no: los primeros preguntaban el porqué del viaje, los segundos averiguaban por el valor de la casa... ahí estaba el detalle.
EliminarUn abrazo.
Una idea muy divertida la de tu padre Rafel, seguro que se lo pasó en grande anotando a los posibles compradores en su lista. Bello soneto.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Genial!
ResponderEliminarUn tipo rabioso, pero simpático en el fondo de su alma y de la casa seguramente. Como siempre, Rafael, excelente verso.
ResponderEliminarRafa,
ResponderEliminarMagnifica Oda a tan bella casa y a la historia que ella acarrea.
Me acordaste de los clasificados de El Tiempo que decían :
Chisga, Venpermuto...
Labor muy loable escribir endecasílabos
ResponderEliminarMe gustó el contenido de tus versos.
Saludos muy afectuosos.
Besos
Amalia
Qué bella anécdota tan cercana a tu vida, hecha humor y poesía. Creo que tu padre, con su método resultó más eficaz para obtener información certera, que las encuestas de Gallup, y Napoleón Franco.
ResponderEliminarEfectivamente, Carlos, mi padre era un viejo zorro muy astuto y resabiado.
EliminarUn abrazo.