Nuestro Río Grande de la Magdalena, en Colombia, fue durante mucho tiempo la columna vertebral del país: a lo largo de su cauce navegó el progreso desde el litoral hasta el centro de la nación; de sus aguas salieron por años los peces que alimentaban, no solamente a los pescadores, sino a la gran mayoría de los colombianos. Pero, hoy en día, el río se encuentra triste, el río se está muriendo, el boga añora el pasado y llora su amarga pena.
PESCADOR
(Soneto con estrambote)
La misma barca
atravesando el río,
el mismo pescador
con su atarraya;
una mujer que
espera en el bohío
y niños juguetones en la playa.
Mas, el canasto
ahora está vacío,
la escasez lo
acompaña a donde vaya;
el pobre
pescador triste, sombrío,
solamente
pronuncia un amalaya.
Tras largos días de bogar silente
no habrá peces ni pan sobre la mesa,
se fue la vida que habitaba el agua.
Muere callado su dador torrente
y el boga añora con fatal tristeza,
abandonada yace... la piragua.
La miseria se fragua
con las aguas del Río Magdalena...
mientras el pescador llora su pena.
y el boga añora con fatal tristeza,
abandonada yace... la piragua.
La miseria se fragua
con las aguas del Río Magdalena...
mientras el pescador llora su pena.
Rahulig/014
DRA
Imagen: El río Magdalena
De la red
Precioso, amigo poeta Rafael ¿qué estamos haciendo con nuestros ríos?
ResponderEliminarYa no silba el río
su canción mojada.
Es lento su curso,
sin voz ni esperanza.
Es una estrofa de un romancillo que yo tengo escrito con el mismo tema. la preocupación por como estamos haciendo morir nuestras aguas tan esenciales para la vida.
Besos de buenas noches. María
si mi amigo, ese es mi río. vivo a orillas de él. y si vieras, todos los días se le hiere.
ResponderEliminarun abrazo
Tristemente, son sucesos que acontecen en la naturaleza, muchas veces debidos a la mano del hombre.....desconozco si es el caso del río Magadalena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Describes una imagen cotidiana y presente allá donde la naturaleza se va muriendo.
ResponderEliminarFelicidades a tu hijo por su aniversario y a ti por tus estrofas. Abrazos
Es un lamento sobre la contaminación de las aguas y todo en nombre del desarrollismo, sin medir las consecuencias porque un río no solo es un camino por el que transitan los barcos, es también en lugar donde vive una rica fauna que ha producido una enorme variedad de proteínas, lleno de inocentes seres vivos pero a los que hemos ido matando con la contaminación de las aguas. ¡Cuánta razón tienen los ecologistas! No podemos seguir tolerando que se acabe con los acuíferos porque también nuestra vida humana está en juego.
ResponderEliminarPerdona la perorata. No trato de convencerte a tí es que ante ese tema siento que algo muy mío se ha malgastado porque solo ha servido para que los más ricos se enriquecieran y los demás, tuviéramos que lamentar las inasumibles pérdidas. Es terrible el comportamiento de quiénes podrían convatirlo y permiten que pase.
Creo que ya he dejado muy claro cómo me ha conmovido tu poema y cuánto se puede decir con unos cuantos versos sinceros.
Bonito soneto sobre la pesca de tu tierra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso esta pasando en muchos lugares en que los bancos antes ricos de alimento, estan en sus horas bajas y es que la madre naturaleza no puede regenerar en la cantidad que se extrae y al final acaba pasando justamente eso.
ResponderEliminarBesos
Rafael, la tristeza de no poder hacer nada, quizás la naturaleza tome revancha de algunas acciones en su contra de algunos hombres, un abrazo!
ResponderEliminarAy Rafael. El hombre ha lastimado mucho a la naturaleza y ahora estamos viendo el resultado.
ResponderEliminarTal como lo pintas en tus versos. Así es. ¡Qué pena!...
La mano del hombre tiene mucho que ver con estos sucesos...
ResponderEliminarNos sentimos impotentes ante tales acciones.
Un placer siempre visitarte Rafael.
Un abrazo y feliz tarde.
Hola Rafael, los humanos hemos echo mucho daño a la naturaleza y de algún modo ella nos lo esta devolviendo de esta forma, es una pena en como estamos dejando todo pero somos así de "animales", muy bonito y real tu poema.
ResponderEliminarBesos.
Este es el resultado de los desmanes de los hombres, la naturaleza se lo cobra todo y nos lo devuelve doble, comobien dices en tu poesía.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario, dices que mi poesía te recordó un bolero, las dos frases que pones de él son bonitas, no lo conozco.
Un abrazo.
Siento mio tu pesar, hemos dejado impunemente que contaminaran nuestra agua pura
ResponderEliminarY no se defienden con armas y muerte sino con educacion, educacion, educacion
Cariños
¡que triste Rafael! ¡pobre río ante los estragos del hombre! ¡pobre pescador y su familia!!!
ResponderEliminarNos cargamos los ríos. Nos cargamos las selvas... Pobre tierra...
ResponderEliminarTu soneto es precioso. y tan real que estremace. Besos para dos
Qué triste, Rafael. Ojalá esta húmeda Magdalana recobre su vigor de antaño.
ResponderEliminarQué lástima ver lo que le hacemos al lugar que habitamos... lo que nos hacemos a nosotros mismos... tus palabras lo retratan muy bien; tristeza y desesperanza....
ResponderEliminarSaludos
¡Vaya!... Es una pena ver como las cosas cambian de esa manera. Pobre pescador, pobre familia.
ResponderEliminarSaludos.
Que triste historia la de aquel río :( y que conmovedoras palabras con las que expresaste esa realidad.
ResponderEliminarSaludos
La ambición logra lo imposible: que la vida valga nada.
ResponderEliminarBom dia
ResponderEliminarOs homens na actualidade continuam a ser os responsáveis por todos estes dramas.
Sabem as suas origens mas não se preocupam em resolvê-los.
Se me ha encogido el pecho con la lectura de tus versos. Mi padre es pescador y desde niña me enseño a amar los ríos. Gracias por el compromiso que muestras a través de tus palabras. Saludos.
ResponderEliminarEn la tierra donde vivo (La Rioja) pasa el río más caudaloso de España que es el Ebro y pasa igualito que a tu rio Grande de La Magdalena, ya no es lo que era y hay que tenerle respeto pues sus corrientes son muy traicioneras. Tu bello poema se lo dedico también a mi querido río Ebro de la infancia donde aprendí a nadar pero que ahora ya no me atrevería a bañarme en sus aguas.Besicos
ResponderEliminarLa verdad es que los ríos cambian, como los hombres, como las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre. Me ha encantado cómo lo has escrito Rafael, aunque es una pena que a ese río se le haya ido la alegría. Un fuerte abrazo y buen fin de semana amigo.
ResponderEliminar...llora como una Magdalena...el progreso derivò en retroceso
ResponderEliminarmetàfora de nuestro mundo marchito.
Sentido tu poema de bellos y tristes versos
un abrazo amigo hasta Colombia
El impacto ambiental que hemos procucido nosotros mismos, está afectando a los grandes ríos. Eso también está pasando con el Orinoco, el Arauca el Capanaparo, el Iniríada y pare de contar.....¡Amalaya!
ResponderEliminarSe nos olvida que del agua vino la vida y sin agua nos acartonaremos y secaremos. Donde vivo todavía tenemos el privilegio de bañarnos en el río y sus riberas son un paseo hermoso. No obstante, fíjate que aberración, quieren poner una gasolinera a la orilla del río...
ResponderEliminarUn abrazo cálido
Una gran pena que sucedan estas cosas. ¡¡Con lo hermosa que es la naturaleza!!.
ResponderEliminarTu verso es excelente.
Un fuerte abrazo.
Nuestro Yuma, ese río Grande al borde del cual nació mi madre, El magdalena, como lo declaras en tus versos, es hoy un río que pierde su esplendor, abatido por la contaminación, que ha reducido la pesca, y sustento de los pobladores cercanos a sus márgenes. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarQué tristeza, cómo van desapareciendo especies en todas partes. Una descripción que refleja cómo se va extinguiendo todo. Saludos
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