Ha comenzado la temporada navideña, las ciudades se iluminan con infinidad de luces multicolores cuyo intrínseco propósito se orienta hacia lo comercial. Calles y plazas se miran espléndidas a primera vista, pero el brillo de los adornos no logra ocultar las desigualdades sociales ni los sufrimientos de quienes nada tienen, de aquellos despojados y/o desterrados que se ven obligados a mendigar en las ciudades ante la indiferencia de una sociedad mercantilista y cínicamente cruel. Una pregunta da vueltas insistentemente en mi cabeza: ¿Cuánto dinero se gastarán los gobiernos municipales en la instalación de estos alumbrados y cuántas familias en extrema pobreza podrían tener un techo, un plato de comida, una medicina o alguna esperanza con estas millonarias inversiones? Al menos, los niños sentirán un poquito de alegría, cuando asombrados contemplen la luminosa fantasía.
(Jotabé con estrambote)
La ciudad bellamente iluminada,
injusticia social... disimulada.
En la calle se ven los desplazados
y mendigos sufriendo abandonados,
mujeres, niños, viejos olvidados
que por la sociedad son ignorados.
Cual humildes barquitos de papel
a merced de la mar, sin timonel.
Por compañera de su andar: la nada,
y en su boca mendrugos reciclados.
Ah, humanidad; mercantilista y cruel.
Navidad en la piel,
festiva o pesarosa, blanca o negra:
a unos hace llorar, a otros alegra.
injusticia social... disimulada.
En la calle se ven los desplazados
y mendigos sufriendo abandonados,
mujeres, niños, viejos olvidados
que por la sociedad son ignorados.
Cual humildes barquitos de papel
a merced de la mar, sin timonel.
Por compañera de su andar: la nada,
y en su boca mendrugos reciclados.
Ah, humanidad; mercantilista y cruel.
Navidad en la piel,
festiva o pesarosa, blanca o negra:
a unos hace llorar, a otros alegra.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Alumbrados en Boyacá
Inferior: Desplazados
(De la Internet)
Inferior: Desplazados
(De la Internet)
Se iluminan las calles y el alumbrado suelen pagarlo los comerciantes para animar a a gente a pasear por calles bonitas y hacer muchas compras, pero los ayuntamientos deberian cuidar de sus habitantes de todos y no solo en Navidad. Un abrazo
ResponderEliminarPor aquí, estimada amiga Ester, lo pagamos en gran parte los ciudadanos pues nos incrementan el costo de la energía eléctrica durante diciembre y enero... así es la vida.
EliminarUn abrazo.
Es cierto lo que señalas tan acertadamente, por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué gran verdad, Rafael, la desigualdad es muy evidente y las personas cada vez más frías y menos empáticas con el mal ajeno.
ResponderEliminarUn abrazo
Es misión del Poeta también testimoniar. Irrefutable profunda mirada, Rafael. Nos haces reflexionar.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Gracias, Carlos, se tenía que decir... y se dijo.
EliminarUn abrazo.
Así es la vida, y mucha razón tienes en tu bello Jotabé, aunque si todos arrimáramos el hombro y en estas Fiestas nos lleváramos a un mendigo por familia, la solución por lo menos para una noche, sería perfecta, pero el miedo a meter algún desconocido en casa, nos echa para atrás.
ResponderEliminarUna bella denuncia en tus hermosos versos.
Un abrazo.
No hay que ilusionarse, Rafael, lo más probable es que tampoco se utilice ese dinero para hacer lo necesario, el mundo funciona con pan y circo, un abrazo!
ResponderEliminarMuy cierto, Rafael. Aquí en Chile, debido a la explosión social que vivimos, muchos municipios suprimieron los costosos Fuegos Artificiales de Año Nuevo, cosa que debería haberse hecho mucho antes por sentido común.
ResponderEliminarAprovecho tus versos para hacerte llegar mi felicitación de Navidad. Que el Niño tenga acogida entre vosotros y os conduzca por el camino de la Paz y en Bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, estimado amigo Francisco, igualmente para usted y su familia toda la felicidad del mundo ahora y siempre.
EliminarAbrazos.
Cierto mi hermano...Donde vivo hay varios...el caso es que la mayoría están dominados por la dependencia al alcohol o a las drogas...Es triste ¿cómo puede trabajar alguien que tiembla a cada rato por el síndrome de abstinencia?...Y los que dicen que se tratan de injusticia social, precisamente son los que apuntalan los carteles de la droga, ejemplo, las FARC
ResponderEliminarTienes toda la razón, Alí, pero no me refiero solamente a esos indigentes; me refiero también a los que viven en extrema pobreza y a las familias campesinas desplazadas por la violencia.
EliminarUn abrazo.
es triste que para algunos no sean días de felicidad.
ResponderEliminarPero te deseo una felices Fiestas de todo corazón.
Un gran verso que encierra una realidad triste.
ResponderEliminarLo has descrito muy bien.
Un abrazo.
Una gran poema-denuncia sobre la triste realidad en la que se ha convertido la Navidad: CONSUMISMO sin control para muchos mientras que otros no tienen nada.....¡¡¡¡QUE INJUSTICIA!!! Saludos
ResponderEliminarMejor no se puede decir, Rafael! Mi abrazo fraterno.
ResponderEliminarMuy bueno amigo... aunque no hay variante con el paso de los años se agudiza y se ve más lo que se viene gestando hace tiempo. Que todo mejore por allí y por aquí y por toda nuestra humanidad. Abrazo grande y felicidades junto a los tuyos.
ResponderEliminarSi, esa es la parte triste que enturbia la Navidad, pero pienso que el hambre y la miseria nunca se van a erradicar de la faz de la tierra, con Navidad o sin ella, pues el problema está en la sociedad que hemos creado.
ResponderEliminarPor cierto, esa iluminación me recuerda al MacDonal.
Un abrazo
Una triste realidad la que nos traes Rafael, no creo que los ayuntamientos a la hora de embellecer las calles piensen para nada en los más necesitados.
ResponderEliminarAbrazos.
Es una reflexión muy necesaria en estos tiempos en los que lo superficial lo invade todo.
ResponderEliminarUn beso justiciero.
Cuánta razón. Compras y más compras mientras los problemas sociales no se solucionan. Luego harán una comida o una cena para las personas sin techo y pensarán que ya han cumplido. Una pena.
ResponderEliminarTodos queremos iluminaciones y sensaciones navideñas sin pensar el derroche que hay en ellas que podrían bien servir para dar el dinero a los necesitados.
ResponderEliminarUna buena reflexión, saludos.
Bien lo dices en tu Jotabé: la navidad no es la misma para todos. Sobre todo conmueve la situación de abandono de quienes no tienen un hogar, o viven en la miseria. La bavida es negra. Un abrazo. carlos
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