En los días de mi niñez, allá en el pueblo, tenía por costumbre irme a la orilla del río para contemplar las aves que venían desde distantes lugares escapando del frío invierno: garzas, patos, gansos y grullas llegaban hasta los remansos para descansar de su largo viaje hacia lugares más cálidos. Yo me sentaba en la ribera, debajo de un sauce llorón, para contemplar extasiado ese bonito e inigualable espectáculo natural y escuchar la inmensa algarabía que causaban sus graznidos. Sesenta y seis años han pasado por mi vida, mas no por eso dejo de atisbar, esperando ver alguna garza posada al otro lado del río.
FASCINACIÓN
(Sextillas)
Bajo los sauces
del río
hubo un niño que
soñaba
ser la garza que
llegaba
vestida de blanco
traje
a posarse en el
follaje,
del árbol que lo
arropaba.
Soñaba volar muy
lejos
como la garza lo
hacía
y entre nubes se perdía
rumbo al cielo
colorido,
regresando hasta su nido
cuando la tarde
moría.
Así como el río desciende
se nos va yendo la vida,
pero se queda escondida
la niñez en un recodo
para tornar de algún modo
con pasión enardecida.
Cada año por este mes
de abril, al que tanto quiero,
con pesar me desespero
por la ida primavera
y volver, volver quisiera
como azahar al limonero.
Estar feliz otra vez
allá en la orilla sentado,
abrazándome al pasado
viendo cruzar la corriente
que fluye lenta y silente
cual un viajero cansado.
Sin la fuente lisonjera
se acabaría el encanto
de las garzas y, entretanto,
con lamentos otoñales
debajo de los sauzales
brotaría triste mi llanto.
Vagaría por mil senderos
recordando, recordando,
y doquier fuera pasando
de mi andar dejaría huella
para que luego tras ella
otros siguieran andando.
A despecho de las penas
mi corazón, aún bravío,
para colmar su vacío
añora lo que admiraba
y sueña lo que soñaba
mirando pasar el río.
Cada veintitrés de abril
en un pequeño navío,
de la tristeza y el frío
al viento tibio que amaba
y a la garza que posaba:
viaja el pensamiento mío
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A despecho de las penas
mi corazón, aún bravío,
para colmar su vacío
añora lo que admiraba
y sueña lo que soñaba
mirando pasar el río.
Cada veintitrés de abril
en un pequeño navío,
de la tristeza y el frío
al viento tibio que amaba
y a la garza que posaba:
viaja el pensamiento mío
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Derechos Reservados Copyright © 2018
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imágenes: El Río Chicamocha.
Celebrando con Tina.
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imágenes: El Río Chicamocha.
Celebrando con Tina.
Hola amigo Rafael hacía mucho que no te leía, que hermoso poema como siempre, que tengas una hermosa semana felicitaciones por seguir siendo un gran poeta.
ResponderEliminarexcelente composicion ingeniero
ResponderEliminarDe tus más inspirados poemas, Rafael, fruto de tu evocación, además. Impecable, por qué no decir perfecto en letra y espíritu.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Carlos, por tus amables palabras.
EliminarUn abrazo.
Qué maravilloso paisaje, lo puedo ver y también sentir ese sentimiento de arrobación que da el paisaje. La emoción se hace verso y canto para festejar la Naturaleza y también un año más. Me uno para desearte felicidades junto a familiares y amigos. Brindo por un año más. ¡Salud!
ResponderEliminarBonitos recuerdos que nos dejas de ese tiempo junto al río.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bellísimo poema que te ha inspirado esos recuerdos de infancia tan agradables, te felicito por estos versos tan hermosos.Saludos
ResponderEliminarAmigo Rafael, bello y nostálgico poema, no sabría en que parte posarme y soñar con los dulces tiempos pasados, yo, bajaba al prado del río a coger violetas, muy bellos recuerdos.
ResponderEliminarHoy me aventuro a visitar en lo que las fuerzas me lo permitan y agradecer vuestro cariño y apoyo siempre.
Paso por una mejoría transitoria, con una aceptación de lo que la vida nos depara, aún queda un largo camino que recorrer y convivir con los lobos es lo que queda, por el resto del tiempo.
Un abrazo.
Ambar
Gracias por tu visita y comentario, estimada amiga. Te deseo completa recuperación en salud para que puedas seguir adelante por la vida.
EliminarUn abrazo.
Como siempre muy bueno tu texto,cariños.
ResponderEliminarEs precioso. Me ha encantado Rafael. Nada cono la sencillez sentida. Nada como el pensamiento que surge del alma y se posa amorosamente en cada palabra. Gracias.
ResponderEliminarEs precioso, los recuerdos te han ayudado a tejer versos magníficos, y con ellos nos has trasladado a la orilla del río. Un abrazo
ResponderEliminarBellissimi e intensi versi nostalgici,intinti in speciali immagini della natura
ResponderEliminarMolto gradito e apprezzato, questo articolo,un caro saluto,silvia
Un poema lleno de vivencias de gran sensibilidad, bonita foto, saludos.
ResponderEliminarQue belleza de poema, un autentico recital de poesía dejas en tan maravillosas estrofas llenas de ritmo, y esos recuerdos de la niñez rescatados a la orilla de ese río.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, poeta.
Un abrazo y felicitaciones.
Honor que me haces, Elda, con tu bonito comentario. Gracias por leerme con tan buenos ojos.
EliminarUn abrazo.
Ah! Pero qué presente maravilloso con tu nieta en brazos, Rafael! Un abrazo!
ResponderEliminarTienes un algo especial para hacer de tus recuerdos un bello poema.
ResponderEliminarMuchas veces he querido convertirme en ave, volar alto y tratar de ir al encuentro de aquellos que he querido ¡quimeras inalcanzables que se me ocurren!
En esa foto, me imagino que estás con tu nieta, ¡cuánto ha crecido! Nos la enseñaste de recién nacida y ahora está preciosa y seguro que ya habla, deseo de corazón, que algún día escriba como el abuelo.
Cariños.
kasioles
Sí, es Martina, la nieta, que vino visitarme por mi cumpleaños sesenta y seis y me trajo su infantil alegría.
EliminarUn abrazo, estimada amiga.
Me has transportado a un lugar mágico, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo y mil gracias por ello.
Al menos, Rafael, si no lograste como antaño que alguna garza se pose al otro lado del río, conseguiste que tu querida nieta "se pose" en tus brazos.¡Algo es...algo!
ResponderEliminarAbrazo chileno.
Así es, Esteban, ella es mi "garcita" viajera que vino a posarse en mis brazos para que yo evocara aquellos años infantiles... y suspirara encantado de amor y felicidad.
EliminarUn abrazo.
LETRAS QUE REMEMBRAN LA VIDA.
ResponderEliminarABRAZOS
Leyendo to poesía, magnifica por cierto, me has llevado a mi niñez, cuando mi ciudad era un pueblo pequeño, yo me iba al rio a ver correr el agua y a bañarme en ella, quiesiera volver, como dices, a estos tiempos que se fueron, la corriente del rio se los llevó.
ResponderEliminarGracias por tu grata visita y tu cariñoso comentario.
Un abrazo, feliz semana.
Hola amigo, visitándote después de tanto tiempo me encuentro que tu blog sigue siempre lleno de hermosas poesías, como esta que me encanta! Se que un poquito tarde, pero permiteme desearte un muy feliz cumpleaños, el cual espero hayas disfrutado mucho junto a tus seres queridos. Te dejo un fuerte abrazo de felicitación.
ResponderEliminarDulce, sentimental y precioso verso.
ResponderEliminarLa fotografía es muy linda.
Un abrazo.
Preciosos esos recuerdos que nos llevan en volandas a un lugar placentero.
ResponderEliminarDisfruta de ese retoño.
Feliz noche.
Un abrazo
Amigo Rafael tomo a liberdade para transcrever uma das estrofes deste seu belo poema:
ResponderEliminar"Soñaba volar muy lejos
como la garza lo hacía
y entre nubes se perdía
bajo el cielo colorido,
regresando hasta su nido
cuando la tarde moría."
Um grande abraço.
Pedro
Ese 23 de abril, que tanto se celebra aquí en Cataluña, "Día del libro y la rosa"
ResponderEliminarUn maravilloso poema, como todos los tuyos, llenos de sensibilidad y ternura.
Besos y abrazos desde el otro lado del mar
Rafael, yo también tenía mi río como en tus versos, y mis peces. Ahora el río es espuma de jabón, y ya no hay peces. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEncantado me ha dejado la lectura de tu buen poema de añoranza recordando tiempos de juventud en el pueblo. Me hizo volar a parecidos recuerdos míos. Un cordial abrazo.
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