LOS BESOS DE MI MADRE

Hace ya casi cinco años, mi querida madre sufre Alzheimer y prácticamente no sabe quien soy yo, pero cada vez que voy a visitarla… me mira, sigue mis movimientos y me escucha hablar con mucha atención, sin decir nada. Después de un largo rato observándome, sonríe alegremente, susurra algo que no alcanzo a entender y me lanza un beso con la palma de su mano. Entonces, comprendo que me ha reconocido: la abrazo con cariño y veo mi rostro en sus ojos empañados, esos ojos que tanto me contemplaron de niño y que en muchas ocasiones lloraron por mi.

  

AMOR BENDITO

(Soneto)

De pronto me sorprende con un beso

que llena mi existencia de alegría,

y vivo muy feliz día tras día

sólo por su querer, sólo por eso.

Es su amor de mi vida el embeleso,

es para el desconcierto la armonía,

un premio que tal vez no merecía

y, me envidian algunos, lo confieso.

¡Oh, quién para siempre poseyera

dulces besos, como esos que me brinda,

el ángel que mi Dios me ha regalado

para que muy feliz ella me hiciera

con su forma de ser, siempre tan linda,

y su bendito amor... tan sosegado!

 Rahulig/012

DRA

 Imagen: El rostro de mi madre

Del álbum familiar