En algún recóndito escondrijo de mi bohemio corazón, a pesar de las tantas vicisitudes soportadas en la vida junto a mi compañera de viaje, la esperanza aún palpita. No todo ha sido color de rosa, pero desde aquella tarde cuando decidimos compartir la vida hemos recorrido una larga senda y, sagradamente, cada vuelta al sol ha tenido la señora: una vela encendida, un manojo de flores y una canción dedicada para celebrar su cumpleaños, al sutil abrazo del tiempo que vuela, bajo nubes negras o cielos radiantes.
CONTRASTES
(Jotabé dodecasílabo)
Nos hacemos viejos en un santiamén,
los hijos se crecen, los nietos también.
Llega de los años la pesada carga,
la dulce añoranza con sazón amarga;
pero la tristeza que indolente embarga
es luz en la senda reposada y larga.
Ebulle en la mente, pueril resplandor
de unos limpios ojos radiantes de amor.
Doquiera divaguen, donde quiera estén
aquellas miradas que el tiempo aletarga:
serán para siempre... tesoros en flor.
Alegría y dolor
en la misma copa se mezclan hoy día,
y brindo con ellos por la suerte mía.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Junto al reloj
Del álbum familiar.