Echando mano de las ondas hertzianas, el desconsolado hombre, va de pueblo en pueblo pregonando en las estaciones de radio el nombre de su amor perdido, enviándole mensajes románticos y dedicándole canciones con la esperanza de que, si lo escucha, se compadezca y regrese a su lado. Guitarra en mano y morral a las espaldas se le ve por los caminos averiguando de casa en casa, de tienda en tienda y cantando en las emisoras comunitarias durante los días del mercado o en las fiestas populares. Le compuse un merenguito pa'que acompañe la pena, a ver si entre tantas vueltas en una de esas la encuentra y acaba su padecer.
MARÍA EUGENIA
(Serventesios - Merengue)
Con un mensaje pa' María Eugenia
va este merengue por la emisora,
yo a sus recuerdos le hago la venia
y pienso en ella es a toda hora.
Llevo en mi mente tiempos aquellos
cuando le dije que la quería,
tiempos alegres, tiempos tan bellos
entre sus brazos día tras día.
¡Ay! María Eugenia dónde te encuentras
te quiero mucho y te necesito;
vuelve ligero porque yo, mientras,
me estoy muriendo poco a poquito.
Eran tan negros esos ojitos
como las pepas que da el corozo,
y eran sus labios coloraditos
suave champán dulce y espumoso.
Tenía pintados en las mejillas
varios lunares que le adornaban
sus cacheticos, dos maravillas,
que con mis besos se sonrojaban.
¡Ay! María Eugenia dónde te encuentras
te quiero mucho y te necesito;
vuelve ligero porque yo, mientras,
me estoy muriendo poco a poquito.
Pero se fue pronto de mi lado
dejando huellas de sus caricias,
ahora la busco desesperado
y hasta prometo dar albiricias.
Con mi guitarra chiquinquireña
voy pregonando en las estaciones,
y al recordarla mi pecho sueña
que por la radio oiga mis canciones.
¡Ay! María Eugenia dónde te encuentras
te quiero mucho y te necesito;
vuelve ligero porque yo, mientras,
me estoy muriendo poco a poquito.
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Derechos Reservados Copyright © 2023
Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Hombre con guitarra
(De la página iStock)
Gracias por incluir el audio, así disfrutamos al máximo esa inspiración tan bien lograda hacia María Eugenia.
ResponderEliminarAbrazos.
Mil gracias, Sara. Es un improvisación grabada con el teléfono celular, pero con mucho cariño y respeto.
EliminarUn abrazo.
Muy bien Rafael, muy rítmico el merenguito y ojalá encuentre a su amada el pobre payador, un abrazo!
ResponderEliminarPues ojala y encuentre a su Mª Eugenia, el hombre se lo merece con tanta búsqueda.Me gustó tu composición.Saludos
ResponderEliminarUn amor antiguo, un amor perdido, reclamo al tiempo que se pierden los recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, hasta siento el merengue con música, en esa extrañeza de la linda Margarita. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQue arte tienes Rafael, lo mismo componiendo que dándole voz a tus estupendos versos. Muy dulce y entrañable el poema que has hecho, con un estribillo encantador.
ResponderEliminarDisfrute leyéndolo y escuchándote.
Un abrazo y buen fin de semana.
Una belleza de merengue. ME ENCANTA. Cada vez compones mejor. Felicitaciones
ResponderEliminarY en otro orden, tigreroestá de cumple, me gustaría contar con tu visita. Hice dos entradas y te voy a poner el enlace para la primera. Te esoero por allá
https://tigrero-literario.blogspot.com/2023/02/cuentos-de-una-bitacora-quinceanera-de.html
No hizo falta escucharte ese merenguito, Rafael, cantautor popular, ya lo estaba entonando cuando terminé de leerlo... por lo que refrendé lo bien compuesto que está. Felicitaciones!!
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Gracias, estimado amigo, ahí tratando de ponerle "musiquita" a la vida.
EliminarUn abrazo.
Se me escapa una alegre sonrisa al escuchar tu canción. Hermoso requiebro para María Eugenia que de escucharlo seguro regresará. Precioso, felicitaciones
ResponderEliminarUna gran composición, es mi primer paso por aquí. Te sigo Rafael! Abrazos y felicitaciones.
ResponderEliminarPat
Bienvenida, Patricia, un gusto conocerte y leer tus bellos relatos..
EliminarUn abrazo.
Beautiful blog
ResponderEliminarLindísimo. He recordado esas emisoras de antaño, con las canciones dedicadas.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafael, qué hermoso poema y qué lindo recopilar estos sentimientos. Una vez más lo disfruto. Gracias por tus versos, siempre. Te decía en mi blog, que después de Semana Santa, si Dios quiere estaré unos días en Sopetrán, me encantaría si pudiéramos vernos. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarTambién me encantaría conocerte personalmente, Julie. Si mis condiciones económicas lo permiten con gusto estaré presente.
EliminarUn abrazo.