Don Leoncio, como lo hace todos los días al caer la tarde, camina lentamente hasta el balcón, se acomoda en la silla mecedora y comienza a balancearse tarareando alguna vieja canción mientras contempla como el sol se pierde tras las montañas allá en el horizonte. "Así es la suerte", murmura, "cuando llegamos al ocaso de la vida nos tratan como a un mueble viejo, nos acomodan el algún rincón para que no hagamos estorbo y poco a poco nos van olvidando. Aquí, en el mirador no molesto a nadie, contemplo el atardecer y espero la noche recordando que alguna vez tuve fuerzas para luchar y sacar adelante a la familia que hoy me ignora".
OCASO
(Lizaraejoa)
En tanto miro el cielo desde mis ventanales,
allá en el horizonte los rojos encendidos
refulgen y se esconden en locas espirales.
Arreboles lejanos que en el confín silente
decoran las montañas al tañer de campanas,
e impávida se aleja la tarde ya muriente.
El astro rey se oculta do anidan los halcones,
así como en el alma palpitan escondidos
recuerdos inmortales de incautas ilusiones.
Se guardan, se atesoran bajo senil techumbre
candorosos albores de plácidas mañanas,
que signan el sendero para alcanzar la cumbre.
Allá en el horizonte los rojos encendidos
decoran las montañas al tañer las campanas,
así como en el alma palpitan escondidos
candorosos albores de plácidas mañanas.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Atardecer boyacense
(De la Internet)
Hermosa poesía mi amigo,abrazos.
ResponderEliminarHermoso poema para denunciar un abandono programado.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Nos pagan con la misma moneda que pagamos nosotros? a veces tengo esa duda cuando sé de algún caso. Abrazos
ResponderEliminarDon Leoncio tiene la dicha de contemplar la naturaleza, la vida a veces lleva a los hijos por diferentes caminos, hermosísimo tu poema, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarMuy bello ese Alejandrino Lizaraejoa amigo Rafael de gran sentimiento. No solo le pasa a D. Leoncio, muchas personas sufren igualmente de esos avatares que les da la vida.
ResponderEliminarUn abrazo y buen resto de semana.
Hermoso poema y triste realidad para demasiadas personas.Saludos
ResponderEliminarDespués de un largo tiempo, vuelvo a encontrarme con tus ritmicos versos. He prestado mucha atención a tus palabras y paladeado cada verso de rimas consonantes. Te felicito por este nuevo poema. Abrazos de paz.
ResponderEliminarNostalgia, nostalgia y más nostalgia... y así vamos
ResponderEliminarSuperior esta estrofa de tu autoría. Es un poema que llega al corazón porque el tema es tan real. Es la vida misma, cuando se llega a esa edad, o te llevan a la "guardería" o en sus casas sin molestar. Qué triste.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo Poeta.
Un abrazo Rafael.
Lindo poema de una realidad triste.
ResponderEliminarAbrazos.
Maravillosos versos que dejan pensando, amigo Rafael... Objetivo de poeta logrado.
ResponderEliminarPerdona la demora en venir a leerte. Abrazo agradecido.
Rafael, muy hermosa es la estructura de tu creación, donde se luce mucho más en tu hermoso poema. Te felicito y te dejo mi abrazo.
ResponderEliminarComo don Leoncio, dejar caer la mirada sobre el paisaje exultante de la tierra. Un abrazo. CARLOS
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