De todo aquello me acordé mientras avanzaba por el sinuoso camino que conduce hasta la colina en donde estaba ubicada la ermita a la Virgen de Fátima. Después del desayuno en la casa que fuera de los abuelos, la que ahora es una posada rural, decidí dar un paseo por los alrededores en tanto que el subconsciente me llevaba de regreso al pasado: volví a ver el sendero bordeado de flores, los rubios trigales, el radiante cielo azul, el arroyo cristalino y aquel hermoso roble bajo del cual acaricié su rostro angelical en un caluroso día del mes de mayo, después del Santo Rosario... éramos niños, entonces.
ALBORES
Encima
de tus hombros la fronda cabellera
de
bucles y adornada con rayo vespertino,
resplandecía imponente aquella vez primera
que
mis manos tocaron tu rostro purpurino.
Se convirtió de pronto lo gris en primavera
y
florecieron nardos al borde del camino,
tú
fuiste en un instante la luz que le pusiera
arreboles
al cielo de juvenil destino.
Al mirar en tus ojos tan bellos resplandores
de la pasión brotaron los místicos albores,
volaron
mariposas sobre un trigal sereno
y
todo fue alegría, ternuras y primores,
en medio del paisaje pintado de colores:
al
palpitar ardiente de tu indulgente seno.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Camino a la Ermita.
Pedro Roldán.
Dulce y precioso poema.
ResponderEliminarHermoso.
Un abrazo.
Dolce passione e armonioso paesaggio in un mix di bei versi
ResponderEliminarBuona serata,silvia
Maravilla de soneto de enamorado, Rafael. Mención especial para las palabras con que nos pones en contexto. Una entrada impecable, imágen de Roldan incluida. Te felicito.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Bellísima pintura, que intuyo entre pastel y un neoimpresionismo. TU sonetp, bellamente nostálgico de loa amores primeros, en tan hermoso bucólico lugar. Un abrazo, Rafael.
ResponderEliminarUn despertar que se recuerda para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonito este soneto que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso,cariños.
ResponderEliminarQué bonito, qué suave, qué delicioso.
ResponderEliminarBEsis.
Alabanzas y recuerdos componen una poesia muy bonita. Abrazos
ResponderEliminarUna visión preciosa y elegantemente poética muestras en este ágil soneto, que gusto da leerlo.
ResponderEliminarMe ha encantado Rafael.
Un abrazo.
Bello y amoroso todo, la pintura una belleza. felicitaciones y abrazos.
ResponderEliminarQué bello e inspirador poema para tu Virgen de Fátima, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarQue bonito y tierno es el amor cuando se es joven.Tu soneto es un precioso canto a ese amor casi infantil.Saludos cordiales
ResponderEliminarLinda añoranza que de tu verso Rafael, retoma el vital sentido de un sentir contenido... que recordado en el soneto se agranda.
ResponderEliminarUn abrazo
Hermoso poema lleno de amor.....saludos.
ResponderEliminarSon añoranzas llenas de ternura y reminiscencias, Rafael. Mientras logremos recordar tan diáfanamente, los buenos tiempos no se extinguirán, sobre todo teniendo tu notable vena poética.
ResponderEliminarEl despertar al amor entre paisajes y dichas de unos tiempos que no volverán, pero que permanecerán por siempre en nuestro recuerdo. Un hermoso poema Rafael.
ResponderEliminarUn bonito poema lleno de vivencias.
ResponderEliminarBuena semana.