ENTRE EL MAR Y LA SIERRA

Ernesto vivía feliz junto a la orilla del mar, con su barca y su atarraya. No obstante, por culpa de un mal amor, se fue a vivir a la sierra y tratando de olvidar se convirtió en ermitaño. A pesar de la distancia, no ha conseguido arrancar de su pecho el desengaño. Lucha contra lo pasado, pero por más que lo intenta... Sólo puede recordar. 

HUELLAS 

(Cuartetos modificados)

Las huellas de tus pasos quedaron en la arena,

después vino una ola y las borró sin más;

en vanas ilusiones tu amor se ha convertido

e inútil es mi espera, no volverás jamás.

Recuerdo cada cosa de aquella tarde triste:

el barco en la distancia, la furia de las olas;

las gaviotas al vuelo, los niños que jugaban

y el murmullo del agua entre las caracolas.

Buscando hallar tu rastro camino por la playa,

y al pisar otras huellas el recuerdo se arraiga;

anhelo que algún día la proa de un velero

entre espumas marinas, tu corazón me traiga.

Perece que te veo en cada ola que rompe,

en cada ave que pasa, en cada barco anclado;

en el sol cuando asoma o en la luna plateada,

pero sigo esperando perdido y derrotado.

No volveré a esa playa para no recordarte,

me alejaré sin prisa buscando otros lugares;

lugares donde no haya motivos de nostalgia

ni me acerque tu aroma, el viento de los mares.

Estando en las montañas tratando de olvidarte,

procuro no acordarme de la brisa marina;

sin embargo, te encuentro, en cada flor que nace

o en el arrullo suave del agua cantarina.

En el mar o en la sierra, do quiera que yo voy,

me acompaña la pena, me atormenta el dolor;

  porque sigues presente en medio del paisaje...
morir, morir quisiera, para olvidar tu amor.

Rahulig/012

DRA

Imagen: Santa Marta - Colombia

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