domingo, 21 de septiembre de 2025

ENTRE SOMBRAS Y ESPERANZA





Hoy, mi poesía es el susurro del corazón de un padre hacia su hijo. Cada verso es una plegaria cargada de esperanza, un intento de arropar con palabras la melancolía que a veces lo envuelve. Sé de su lucha constante, del dolor que atraviesa en la vida y del deseo profundo de recuperar la alegría, la fuerza y la fortuna de ser plenamente feliz, aun cuando los años y las pruebas lo hayan marcado. Es también un testimonio del amor que trasciende el tiempo: es la mirada atenta que no se rinde y la fe en que, pese a la oscuridad, siempre se puede renacer de entre las cenizas, siempre se puede recomenzar y, finalmente, lograr cumplir los anhelos bajo el cariño fraternal.


CUARENTA INVIERNOS
(Soneto tetradecasílabo)

Hoy son mis oraciones por él, por mi hijo amado,
el muchacho que un día fue ejemplo de alegría,
el mismo que ahora sufre atroz melancolía
tras crueles avatares que a su vida han llegado.

Se fue yendo su gloria por sendero nublado;
en un oscuro abismo soporta su agonía.
 Yo abrigo la esperanza... la abrigo todavía
de que pueda, mañana, ser hombre renovado.

Empero, la desdicha no ha mellado sus bríos
ni su hábito de lucha, que brega y se reinventa
en pos de aquellos tiempos felices y bravíos.

Es triste caminante, que avanza en forma lenta,
que vaga por el mundo con recuerdos sombríos,
y allá, entre sus abrojos, hoy cumple los 40.

Mi corazón ostenta 
la ferviente esperanza de verlo ser, de nuevo,
el joven talentoso que en la memoria llevo. 




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Derechos Reservados Copyright © 2025
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Un grato momento
del álbum familiar

domingo, 7 de septiembre de 2025

DEL OCASO, LOS ARREBOLES





Una de las grandes ventajas de llegar a viejo es que la vida sosegada nos permite ser mas contemplativos y volvemos a obtener la capacidad de asombro, como cuando éramos niños. A veces me detengo en cualquier recodo del camino a extasiar con el paisaje vespertino, que llena de alegría mis cansados ojos y les devuelve, por un instante, su brillo juvenil; entonces, la carga se hace más liviana y el camino, más reposado. Son esos arreboles que nos pinta el cielo en el ocaso los que, nos recuerdan, que todo llega a su fin, que nada es eterno y que, por lo tanto, debemos aceptar nuestro destino, procurando ser felices.


ABSTRACCIÓN
(Soneto alejandrino)

Ya en el lúgubre ocaso de mi apacible vida,
del horizonte observo los rojos encendidos,
la escuálida silueta de garzas en sus nidos
y la bruma silente, sobre el valle extendida.

En el confín profundo, la eternidad convida
a reposar por siempre bajo campos floridos;
de esperanza se colman mis ojos compungidos,
mientras avanza lenta la tarde adormecida.

La senda pedregosa se torna en terciopelo,
y la noche parece resplandeciente día,
cual venturoso abrigo del clareado cielo.

El lucero fulgente, que me sirve de guía,
es el ángel que otrora calmara mi desvelo.
Repican las campanas... y no hay melancolía.

Poema ganador del segundo lugar en el
"VI Certamen Internacional de Poesía Movimiento AJYPE"
Alicante, España, 2025



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Derechos Reservados Copyright © 2025
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Atardecer boyacense
De la Internet

lunes, 1 de septiembre de 2025

UN LEGADO DEPORTIVO





Conocí a Don Vicente Mojica Correa, gracias al deporte, en especial el fútbol y el microfútbol: primero como jugador y luego como formador y entrenador de equipos infantiles y juveniles que, gracias a su sapiencia, pusieron muy en alto el nombre de nuestro pueblo natal. Don Vicente será recordado por su gran gentileza, su liderazgo social y espíritu de servicio; pero sin lugar a dudas, será su legado deportivo el que lo entronice en la historia de nuestro municipio. Descansa en paz, estimado y entrañable amigo.


DON VICENTE
(Musa con estrambote)

Recuerda la mente mía
para el deporte su garra,
y mi pecho se desgarra
en llanto y melancolía.

Triste llora mi guitarra
al contemplar el postigo,
 que supo ser fiel testigo
de largas noches de farra.

Don Vicente fue conmigo
en pretérito y presente:
caballero, buena gente,
y un incomparable amigo.
Así como el sol al trigo
lo madura con su abrigo,
la muerte es algo que un día
pasa por nuestra morada
y desmigaja, en la nada,
lo que ayer brindó alegría.

La jugada
postrimera de la vida,
es la fatal despedida.

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Derechos Reservados Copyright © 2025
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Don Vicente y su equipo
Paz de Río Tierra Linda

Información del Autor

Mi foto
Un soñador, simplemente. Hacedor de versos, creador de canciones e inventor de historias. Paz de Río, Boyacá, Colombia. 23 de abril del año de 1952.

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