Cabizbajo y con las manos en los bolsillos pasó por mi lado, me pareció reconocerlo y lo seguí con la mirada mientras caminaba por debajo de los balcones coloniales que enmarcan la inmensa "Plaza de Bolívar". De repente, volteó hacia mí, nos miramos por un instante y fue en ese momento cuando lo recordé: era Anatolio, mi amigo, a quien hacía varios años no veía. Estaba muy cambiado, pero era él, sin lugar a dudas. −Hola, negro −le dije−, tiempo sin vernos; venga tomamos tinto y hablamos. Al calor del cafecito me contó de sus cuitas, de lo mal que lo ha tratado el destino y de cómo procura seguir adelante a pesar de todo; que se resiste a la derrota e intenta sobrevivir disimulando la pena con una sonrisa y mucha fe. −La vida continúa −murmuró−, nada está perdido... aún brilla la esperanza.
DESTINO
(Lizaraejo)*
A veces siento el alma deshojada
como la flor sedienta, sin rocío,
que acepta su destino resignada.
¡Oh!, flor entristecida y sin amparo
que a su suerte rendida languidece,
habitante fugaz de un mundo raro.
Silente en el dolor y en la amargura
así enjuga la pena el pecho mío,
fingiendo el goce de total ventura.
Mi corazón se turba desolado
y a pesar del sufrir no desfallece,
su senda es un camino plateado.
Como la flor sedienta, sin rocío,
que a su suerte rendida languidece:
así enjuga la pena el pecho mío,
y a pesar del sufrir... no desfallece.
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Rafael Humberto Lizarazo G.
Imagen: Los Balcones de la Plaza
(De la Internet)
Gran pena y verdad en tus letras amigo, por mal que nos trate la vida nunca debemos desfallecer, siempre, encontraremos alguna mano donde asirnos.
ResponderEliminarUn bello poema para un buen amigo que probablemente la vida no le haya tratado como quizás merecía.
Un abrazo y buen resto de semana Rafael.
Un poema triste Rafael pero también hay que escribir versos a las penas. Cuantas personas son muy infelices y no se les nota nada porque se lo guardan y lo sufren en soledad para que nadie se de cuenta.Saludos
ResponderEliminarwwuuaauu que bello llegando al alma, que casualidad acabo de escribir tristezas , hermoso y la melodía fantástica Felicidades, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarLa vida siempre sorprende y compensa. Dios permita que ya Anatolio reciba los buenos días, después de tanto sufrir.
ResponderEliminarQué precioso te quedó el poema.
Abrazos fraternos.
Si, nunca hay que rendirse.
ResponderEliminarHermoso poema, Rafael.
Un abrazo.
Un muy bello sendero, Rafael. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
La realidad de tu amigo se te hizo carne en un bellísimo poema, Rafael, un abrazo!
ResponderEliminarQuién dijo que todo está perdido cuando se siente así pese a todo... Coraje inspiran tus versos en honor a tu amigo, Rafael.
ResponderEliminarAbrazo grande, Poeta!!
Por muchas adversidades que nos encontremos en la vida,lo importante es no desfallecer, hay que continuar caminando sin perder la esperanza.
ResponderEliminarTu amigo se sentirá agradecido al leer el poema que le has dedicado.
Cariños.
Kasioles
Que triste y lleno de esperanza el tema que has elaborado con esta estrofa maravillosa de tu autoría. Me encanta como suena y lo bonito que es lo que has escrito en ella.
ResponderEliminarUn gusto leerte Rafael.
Un abrazo.
Muy triste y sentido poema. Aveces no queda otra que seguir luchando.... Saludos.
ResponderEliminarMuy hermosa poesía, Rafael, como todas las que tú escribes. Un abrazo desde Lima Perú.
ResponderEliminarHermoso y triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Linda poesia.
ResponderEliminarArthur Claro
http://www.arthur-claro.blogspot.com
Triste a la vez que muy hermoso Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué mejor que tus versos, para hacer sentir esa desolación, ese estado de desemparo del alma. Un abrazo. Carlos
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