Por aquí en mi vecindario hay un edificio de apartamentos en el cual conviven varias familias y, muy a menudo, tienen problemas ya que algunos de ellos hacen mucho ruido e incomodan a los vecinos. Generalmente, cuando se presentan los reclamos, terminan peleando y haciendo más ruido que el mismo causante del problema... mejor dicho: Predican, pero no aplican.
LAS QUEJAS
(Coplas
Pedro se queja de
Juan,
Juan se queja de
María
y María dice que
Pedro
la molesta todo
día.
Luisa se queja de
Andrés,
Andrés se queja de
Rita
y Rita dice que
Luisa
anda siempre
enojadita.
Pedro toca la trompeta,
Juan toca la batería,
Juan toca la batería,
María toca el saxofón
y Andrés toca chirimía.
Rita toca el redoblante,
Luisa toca guacharaca
y diariamente tocando
hacen feroz alharaca.
Cada cual en su
aposento
ensaya una
melodía,
se estremece el
edificio
con la fuerte
algarabía.
Entre tropeles conviven
como
el perro con el gato,
tocando sus istrumentos
tocando sus istrumentos
y peleando a cada rato.
Si
alguno toca una nota
el otro le hace un reproche
y el que vive
reclamando
hace ruido cada noche.
"La
paja en el ojo ajeno
es
fácil de criticar,
pero la viga en el propio
la solemos ignorar"
Rahulig/014
DRA
Imagen: La Urbanización
Archivo particular
Excelente metáfora, aplicable a muchos aspectos de nuestras vidas .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo abuelo!!!!
Así es la vida entre vecinos muchas veces, no siempre es fácil convivir con ellos, pero le has sacado mucha gracia al jaleo vecindario.
ResponderEliminarUn abrazo.
A buen entendedor con una canción le basta, tu pusiste la letra y yo la tarareo. Abrazos
ResponderEliminarUn poema tan real cómo la vida misma y además con una terminación que nos tiene que hacer reflexionar.Yo vivo en un edificio de apartamentos y gracias a Dios no ocurre esto.Eres un genio "atrapando" esos versos al vuelo.Saludos
ResponderEliminarQué bueno el poema Rafael! Te felicito, lo he disfrutado a tope. Y el refrán final lo remata. Genial. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBonitos versos con esa moraleja final en la última estrofa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gran poema con moraleja incluido, todos tenemos de esos vecinos que hacen relajo, saludos.
ResponderEliminarEso es una verdad. ¿Quien mira la viga en su ojo?
ResponderEliminarRealista el poema descubriendo debilidades en el humano.
Saludos Rafaél.
Muy bueno Rafael, le haz puesto humor a un tema que en ciertos personajes es candente. La falta de respeto por el otro es un grave problema, existe en todos lados.
ResponderEliminarmariarosa
Te salió un poema redondo con la realidad que a veces se vive Rafael! Muy bueno, un abrazo!
ResponderEliminarSon unas rimas muy divertidas, de algo no tanto, que vivir en condominio, supongo que será muy complicado.
ResponderEliminarMuchos besosdeanís, nuevo abuelo!!!
Como siempre haces una poesía de una realidad que se vive en la actualidad, en las comunidades de vecinos de los edificios hay muchos problemas parecidos al que cuentas en tu entrada, lo retratas muy bien en ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Rafael, esos problemas que nos dices en el vecindario existen en todos los sitios, raro es el edificio que no tenga unos inquilinos que vayan a la suya y no les importa que no están solos en el edificio, y si se les dice algo aun es peor, tu lo has plasmado muy bien en tu bonito poema y el refrán que dejas al final cuanta razón lleva, siempre vemos la paja en el ojo ajeno pero nunca en el nuestro.
ResponderEliminarBesos.
¡ uuyyyy que grandes verdades, Rafael ! eso suele pasar en lo bloques de vecinos casi todos los días y noches . Una Poesía muy divertida aunque es la pura realidad porque como bien dices todos vemos la paja en el ojo ajeno pero... en el propio ya es más difícil. Excelente y divertido Poema!
ResponderEliminarUn abrazo
Simpático y divertido poema-orquesta... si por lo menos tocaran la misma melodía...
ResponderEliminarAbrazo y un beso suavecito para la chiquitina.
La convivencia es un ejercicio difícil, pero muy necesario; bastaría que cada uno cediera un poco de su egoísmo para que todos pudiéramos vivir felizmente en paz. Como de costumbre, haces copla de cualquier tema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, gracías por tu super rápida correspondencia a mi visita y por tu comentario.
ResponderEliminarEn él me dices que escogemos el camino y que no hay marcha atrás, creo que eso digo en mi entrada.
Me uno a ti en lo que dices, es verdad no podemos cambiar el viento pero sí orientar las velas.
Un abrazo y gracías por visitarme tan rapidamente.
EJEMPLO MUY VÍVIDO DE NUESTRA COTIDIANIDAD.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Pues cualquiera aguanta a esa familia, jajaja.
ResponderEliminarMuy cierto es que vemos antes las molestias que producen los demás olvidando las propias.
Un poema con mucho ritmo, lleno de realidad.
Un abrazo.
Me ha encantado Rafael, lindos versos y metáforas , con su moraleja, muy juguetón.
ResponderEliminarEncantada de leerte.
Un abrazo.
Muy inspiradora esa verdad de la vida real, esa algarabía de la noche a la mañana ocurre a diario, gracias Rafael por recordarnos que la convivencia pacífica es el Don, de la educacion, comprensión y paciencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar
Si quieres la luna, no te escondas de la noche.
Si quieres una rosa no huyas de las espinas.
Si quieres amor, no te escondas de ti mismo…
Un abrazo lleno de energía positiva,
para celebrar a tu lado
con alborozo el fin de semana.
Atte.
María Del Carmen
Buenísima y certera metáfora amigo poeta Rafael. Un gusto volver a leerte. Besos.
ResponderEliminarCon que naturalidad e ingenio, has descrito nuestro refranero aplicado a la cotidianidad de la vida misma
ResponderEliminarSaludos Rafael
Has hecho un gran poema. Es difícil la convivencia y todos deberíamos de aportar nuestro granito de arena para hacerla mejor.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un fuerte abrazo.
Siempre tenemos que quejarnos de
ResponderEliminaralgo nunca estamos contentos con
lo que tenemos..
Lindo poema...
Besos.
Así es, nos quejamos demasiado Rafael, en lugar de quedarnos con las cosas buenas. Muy buenos versos. Un fuerte abrazo y buen fin de semana amigo.
ResponderEliminarComo en la canción de Celia Cruz: Burundanga le dio a Muchilanga, Muchilanga le pegó a Barrnebé...Saludos. Carlos
ResponderEliminarRafael. Este poema me ha arrancado una sonrisa, muy simpático y conozco de sobra los vecinos ruidosos. Yo vivía en un edificio en Buenos Aires, donde los vecinos hacia mucha vida nocturna. Como nosotros estábamos en el primer piso, y los dormitorios estaban pegados a la cocina, se escuchaban todo tipo de ruidos. Nosotros nos acostábamos a dormir muy temprano. Por eso escuchábamos la rutina nocturna, que impedía dormir. Jugaban a los dados, ponían la televisión a un volumen altísimo. Mas arriba los vecinos se peleaban entre ellos...
ResponderEliminarMuchas quejas, pero nunca efectivas.
Me hiciste viajar en el tiempo...