domingo, 27 de abril de 2014

BAJO EL DINTEL DE LA PUERTA





Aunque se dirigía a su lugar de trabajo, se detuvo para refugiarse del aguacero, bajo el dintel de puerta del pasaje que desemboca en la plaza principal. Se dedicó a contemplar el panorama que tenía ante sus ojos, el cual miraba de reojo casi todos los días sin que realmente lo viera y, extrañamente, permaneció así por casi toda la mañana sin percatarse del paso de las horas, como hipnotizada. Durante el trayecto de regreso a casa, en medio de sus cavilaciones, le encontró significado a la lluvia mañanera y pudo comprender que todo en la naturaleza es un verdadero regalo del cielo.


GOTAS DE LLANTO
(Coplas)

Las gotas de lluvia caen
como si llorara el cielo,
y se cubre la ciudad
con un delicado velo.

Y, mientras, ella parada
bajo el dintel de la puerta,
contempla serenamente
la inmensa plaza desierta.

La catedral se refleja
en el suelo humedecido,
cual si fuera en un espejo
del firmamento caído.

A sus espaldas, pegadas
en la pared del pasaje,
mariposas amarillas
como un postrer homenaje

que alguien les quiso brindar
a los que están en la gloria,
pero perduran guardados
en los libros de la historia.

Los grandes hombres se van
y por siempre se recuerdan,
para que así sus legados
en el limbo no se pierdan.

Sigue cayendo la lluvia
mientras pasa la mañana,
como si llorara el cielo
por toda la raza humana.


Rahulig/014
DRA


Imagen: La plaza de Bolívar
Hector J. Vargaz



miércoles, 23 de abril de 2014

ERA UN DÍA COMO HOY...





Por aquellos días, la señora Elvirita era maestra en la escuela rural de Hormezaque (en el municipio de Tasco) y Don Carlitos oficiaba de cadenero en la puerta que daba acceso a las minas de la Chapa, propiedad de Acerías Paz del Río. Cada uno estaba en lo suyo cuando a mi se me ocurrió, en un día miércoles veintitrés de abril del año cincuenta y dos, ponerlos a revolar en cuadros y nacer sin previo aviso... lo único que me duele, después de tantos años, es la ausencia de mis viejos tan queridos.


DIBUJOS
(Soneto)

Poco a poco se nubla la visión,
 el andar se hace lento, más cansado,
y la voz no demuestra la emoción
que tenía en el tiempo, ya pasado.

Se arruga de nostalgia el corazón
y con tristeza late anonadado,
pues presiente perdida, sin razón,
la fuerza del guerrero acorazado.

Neblinas de los años nos decoran
las sienes con cabellos plateados,
y con los vientos de la edad senil

se aleja la memoria a donde moran
los recuerdos de sueños dibujados
en un lejano azul, cielo de abril.


Rahulig/014
DRA


Imagen: En el campo
Del álbum familiar

  

lunes, 21 de abril de 2014

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ





"Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer sus nuevos inventos..." (Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez, 1927-2014).


A "GABO"
(Soneto con estrambote)

De su querida Aracataca él hizo
un fabuloso pueblo macondiano,
y con palabras de atrapante hechizo
nos llevó por su mundo de la mano.

Viajamos en el tiempo de improviso,
recreando la vida de Aureliano
Buendía, el coronel, que niño quiso
develar los secretos de un gitano.

Entrelazó presente con pasado
haciendo de verdad la fantasía,
para inventar su onírica heredad

y acuñar para siempre, cual legado,
de Colombia, Macondo y los Buendía:
la historia de su triste soledad.

  De aquí a la eternidad...
amarillas, cual flores de ambrosía,
volarán mariposas cada día.

Rahulig/014
DRA


Imagen: García Márquez
De la red


miércoles, 16 de abril de 2014

ME CONTARON LOS ABUELOS





Una de las cosas que más me gustaba de la Semana Santa, durante mi niñez allá en el pueblo, era la procesión del Domingo de Resurrección porque, según contaban los abuelos, en alguna oportunidad vieron bajar por el río una pequeña barcaza adornada con guirnaldas y, sobre ella, la celestial imagen de Jesús Resucitado con toda su grandeza... desde entonces, cada año voy a rezar junto al río.


EN EL RÍO
(Soneto)

Bajo los sauces junto a la ribera
con mis recuerdos me senté aquel día,
y pude ver a un niño que corría
allá en la orilla, como yo lo hiciera.

Oí sonar en forma placentera
del gran caudal su alegre melodía,
y quedose extasiada el alma mía
al cantar de la fuente pasajera.

En tanto una paloma se posaba
en el árbol, que sombra me brindaba, 
vi un edén en el cauce dibujado 

y, flotando en las aguas cristalinas,
aún con la señal de las espinas:
la imagen de Jesús Resucitado.

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Derechos Reservados Copyright © 2014
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Semana Santa en Tunja

(Foto propia)

domingo, 13 de abril de 2014

CANTÁNDOLE A MI PUEBLITO





Una fotografía por allá de los años ochenta que, por casualidad hallé en la red, me hizo recordar los tiempos idos y me dio por cantarle, otra vez, a mi terruño querido. Al pueblo de mis amores donde pasé mi niñez, mi juventud, gran parte de mi adultez y al cual quisiera volver para quedarme por siempre y revivir, así, aquellas alegres épocas de parrandas, de trabajo y camaradería con Chaparro, con Don Carmelo y Don Juan, los Machuca y muchos más... ¡Hágale "juy", compadrito, sáquele chispas al tiple y rasque la guacharaca, que la fiesta es pa'bailar y entre amigos disfrutar!


COPLEANDO
(Campesina)

Yo no soy de por aquí,
yo vengo del pueblo mío:
un rincón boyacacuno
que se llama Paz de Río;
dos ríos bañan su suelo,
tiene un clima tropical,
la gente es trabajadora
y sumamente cordial.

Todo aquel que lo conoce
en él se quiere quedar
y los que se van regresan
no lo pueden olvidar;
porque mi pueblito es
tranquilo y amañador,
con sus hermosos paisajes
benditos por el Señor.

Con aires del Chicamocha
y del Soapaga la brisa,
no hay pena que nos agobie
ni nos quite la sonrisa;
por eso vivo contento
y ando de aquí para allá
cantándole a Paz de Río
orgullo de Boyacá.

Diez veredas hacen parte
de su extensa geografía,
comenzando en Chitagoto
terminando en Sibaría;
el Salitre, Piedragorda,
también Tiza y la Chorrera,
Soapaga y Socotacito
son flores en primavera.

En unas se ven barbechos,
en otras hierro y carbones,
en las unas esperanzas
y en las otras decepciones;
patrono de nuestro suelo
Santa Trinidad bendita,
que haya menos socavones
y más tierra sembradita.

Con aires del Chicamocha
  y del Soapaga la brisa...

Ya con esta me despido
 nos vemos en Carichana,
de camino a Colacote
mañana por la mañana;
allá donde doña Inés
brindamos con guarapito
y le echamos otras coplas
a nuestro pueblo bonito.

Con aires del Chicamocha
  y del Soapaga la brisa...



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Derechos Reservados Copyright © 2014
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imagen: Los Parranderos
De la Internet


miércoles, 9 de abril de 2014

EN LAS MANOS DE DIOS





Si decidiéramos dejar nuestro humilde destino en las manos de Dios e intentáramos vivir el día a día sin pensar en el futuro, sin apuros, sin programar el siguiente paso, sin atarnos a las cosas materiales y cultiváramos nuestro espíritu en vez de idolatrar lo mundano... Tal vez, de esta manera, podríamos ser verdaderamente libres para viajar por la vida sin llevar mapa de ruta, confiando en el timonel.


AL VIENTO
(Soneto)

Como la hoja del árbol
que ya seca cae al río
y se va corriente abajo
entre la bruma y el frío,

como la plumita al viento
que deambula por doquier
y vuela sin rumbo fijo
para nunca más volver:

igualmente, a su albedrío,
va por este mundo impío
sin brújula ni timón

cual errabunda cometa
  o como frágil goleta...
el creyente corazón.


Rahulig/014
DRA


Imagen: Contemplación
De la red


domingo, 6 de abril de 2014

UN LEJANO RECUERDO





Nueve añitos, tenía Paola Rosa, cuando por causa de las habladurías de algunas lenguas viperinas tuve problemas en mi hogar y, sin tener oportunidad de aclaración, me alejé por casi un año. En la distancia, al lado de mi madre, soporté humildemente la ausencia de mi niña tan querida y aunque la situación fue muy dolorosa, logré aclarar el embrollo poniendo las cosas en su lugar. En ese entonces, hace ya diez años, escribí la canción que hoy les comparto, como un lejano recuerdo.

                                                                      
ROSITA
(Popular)

El día... que partí de mi casa
fue un día desdichado y fatal,
dejaba a mi linda Rosita,
mi niña, mi cariño inmortal.

La causa, no quedaba bien clara,
las dudas me ponían a pensar,
si hubo alguien que sañoso intentara
el velo del cariño rasgar.

Rosita, ya no sufras mi niña,
Rosita, ya no debes llorar;
Rosita, te prometo mi niña,
que pronto volveré yo al hogar.

No puedo, mi adorada Rosita
vivir sin estar junto a ti,
ni quiero que tú seas señorita
creciendo alejada de mi.

Por tanto, las ofensas olvido
y pido de mi parte perdón,
es triste que un hogar tan querido
se acabe por injusta razón.

Rosita, ya no sufras mi niña,
Rosita, ya no debes llorar;
Rosita, te prometo mi niña,
que pronto volveré yo al hogar.

Entonces, en aquella campiña,
conmigo volverás a jugar.


Rahulig/014
DRA


Imagen: Paola Rosa
Del álbum familiar


miércoles, 2 de abril de 2014

MURIENDO DE HAMBRE Y DE SED





Las llanuras del Casanare, en Colombia, son un ecosistema conocido como "sabana inundable", único en el mundo. Pero, hoy en día, la escasez de agua es tal que el paisaje se ve como un océano de barro con los vestigios de lo que antes fueron ríos y lagunas. Miles de animales han muerto de hambre y de sed en la peor tragedia ambiental de los últimos tiempos. Los campesinos de la zona, con justa razón, le echan la culpa a la sísmica y a los inescrupulosos métodos que usan las compañías petroleras. 


DESASTRE
(Quintetos)

Como les parece que las petroleras
"tan" dejando el suelo como un colador,
buscando "petrolio" y "quence" que más
no respetan nada, qué amargo dolor,
son depredadores con hambre voraz.

Rompen las montañas, hieren las llanuras
con esos taladros "jieros e injernales",
desgraciadamente por lo caraduras
son para nosotros unos "talporcuales"
y acaban con todas nuestras hermosuras.

Tan sólo nos dejan del agua "charquitos"
pues secan los ríos, caños y lagunas,
se mueren de "sede" los animalitos
por culpa de esos "malandros jijunas"
que son cual jauría de lobos malditos.

Lo que otrora eran hermosas praderas
y verdes paisajes con agua corrida,
ahora tristemente son negras"jronteras"
en donde "apenitas" se ve algo de vida,
por tanta avaricia de las petroleras.

"Primerito" vienen con las explosiones
y "tuita" la tierra se pone a temblar,
quiebran de la roca los grandes "jilones"
y el agua se esconde, no vuelve a manar,
se va por las grietas a "jondos" rincones.

Enseguida llegan con los "taladrones"
"jurgando" la tierra sin tener "piedá",
se pierden los ríos en los socavones,
se arraiga en la tierra la "resequedá"
y "atisban" los buitres desde los horcones.

Mire compadrito, mire "usté" no más
esto que le cuento es pura "verdá",
el agua perdida no vuelve jamás.
                        ¡Mire compadrito, la gran "mortandá",                       
mire "usté" si puede, yo no soy capaz!

Y... al señor gobierno nada se le da,
 es "correveidile" del ave rapaz.


Rahulig/014
DRA


Imagen: Paz de Ariporo
Casanare



Información del Autor

Mi foto
Simplemente, un bohemio soñador. Hacedor de versos, creador de canciones e inventor de historias. Paz de Río (Boyacá) Colombia, 23 de abril de 1952.

Los que vuelan conmigo

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